Foto: Valeria Chaparro |  

Desde temprano, las risas y gritos de niñas y niños inundaron las calles del centro de la Ciudad este Día de Reyes, pues, aunque pocos y a pesar del aire frío, estrenaron los juguetes que las míticas figuras dejaron bajo sus árboles navideños en la madrugada.

Acompañados por sus padres, paseando en nuevas y brillantes bicicletas, patines y scooters —o aprendiendo a andar en ellos—, los infantes aprovecharon la Alameda Central para lucir sus regalos, entre los gritos de los vendedores de frituras y dulces, después de que el año pasado hubiera restricciones por la pandemia.

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Romario, de 5 años, fue llevado por su abuelo al emblemático parque, por el que se desplazaba veloz entre la gente con su patín del diablo. Sonriente, compartió que además del vehículo, recibió de los Reyes un carrito de juguete. Aseguró que sus obsequios eran muy divertidos, en especial el scooter, “porque va súper rápido y tenemos que hacer una carrera”.

Por su parte, la pequeña Jared Santana de 8 años se divirtió rodeando las fuentes que adornan el lugar con su nueva bicicleta rosa, protegida con casco y rodilleras. Supervisada por su madre y abuelo, la menor se jactó de que los Reyes “me trajeron esta bici tan bonita”. Además, añadió que al verla por primera vez “sentí que estaba feliz”.

Asimismo, con mucho cuidado también eran transportadas muñecas, bebés de plástico y figuras de acción por los pequeños que paseaban de la mano de sus papás, mientras que aquellos que recibieron pelotas y balones se entretenían al patearlos y correr tras ellos.

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Así se divirtió Emmanuel, de once años, en la plancha del Zócalo capitalino, quien con el uniforme completo de su equipo favorito realizaba dominadas con su nuevo balón rojo. “Me sentí muy feliz, porque hace mucho yo quería un balón así”, señaló agitado, al tomarse un descanso de sus actividades.

Con ilusión, los niños se divirtían con sus nuevos juguetes, bajo la mirada complacida de sus padres y abuelos, que se mostraban tan contentos como los infantes.

LDAV