Foto: Especial / Los sonidos del búho predominante en la Península se elevan al cielo con su aumento gradual de intensidad, como evocando el fin de una vida humana  

A poco más de 700 Hertz, el “astuto señor noche” -el búho Otus guatemalae- presente en toda el área maya, predice con trémolo ulular el mensaje de que alguien partirá al otro mundo, creencia aún viva entre los mayas peninsulares.

La curiosa fluctuación en la intensidad del sonido de esta ave, que en la altura se mantiene constante, llamó la atención de Investigadores del Museo Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes expusieron sus consideraciones derivadas del estudio de aves en la Península, especialmente de esta especie.

“Los sonidos de los búhos eran captados por músicos mayas que, para ampliar esta expresión, fabricaron instrumentos musicales mostrando un gran conocimiento acústico que muchas veces relacionan la imagen con los sonidos que emitían”, explicó la investigadora Martha Llia Nájera Coronado.

Ancestrales silbatos en forma de búho, encontrados en Mayapán, Isla de Jaina, Calakmul y Tikal, fueron objeto de estudio en un laboratorio móvil que habilitó una cámara sono-amortiguada por Francisca Zalaquett.

EN EL CORAZÓN DE LA SELVA

El equipo de expertos se adentró en la espesura de nuestras selvas para grabar el místico sonido del Otus guatemalares, que emite frecuencias de rango de 368 a 755 Hertz, similitud encontrada a la intensidad de los sonidos de los silbatos de búhos elaborados por los antiguos mayas, tecnología quizá utilizada en una forma maravillosa de acercarse al sonido de la naturaleza. Los ejemplares machos alcanzaron tres o cuatro notas mientras que las hembras “cantan” en un tono más bajo de seis a ocho notas.

Las investigadoras enfatizaron el manejo de la manufactura de estos objetos y la acústica para imitar a las aves, y al mismo tiempo representarlas en figurillas. “No debemos olvidar que muchos objetos adquieren vida al ser creados, por lo cual podría ser una forma de apropiarse de los sonidos de estas aves”, expresó Llia Nájera.

Para los mayas los sonidos son componentes indisolubles de sus experiencias y por lo tanto deben ir acompañando a los humanos en la vida después de la muerte, por esta razón en muchas ocasiones entierran a sus familiares con alimentos, queman copal e insertan estos instrumentos musicales relacionándolos con la vida cotidiana.

Los silbatos analizados que datan del Clásico Tardío encontrados en Isla de Jaina emitieron limitados rasgos tonales que no alcanzaron los de los animales biológicos, “exceptuando el caso de una ocarina”; se ha pensado que estos pequeños instrumentos están relacionados con las ceremonias funerarias, ya que provienen de entierros cercanos a las estructuras ceremoniales de Jaina.

LOS SILBATOS DE CALAKMUL

En el caso de los silbatos de Mayapán (datan del Posclásico Tardío) hallados en una tumba, banqueta central del edificio Q 62, se encontraron tres con fragmentos de cobre, otros en formas de iguanas, aves, jaguar y uno antropomorfo femenino (con sonido de búho), identificado así por sus atavíos que alejan al ave de la naturaleza, para integrarse a la sobrenaturaleza.

En la estructura 2, en la escalinata principal se hallaron objetos del clásico tardío en algunos pequeños cuartos finamente modelados que emitían una mayor cantidad de tonos, siendo clasificados como ocarinas por tener en la espalda (de la figura de búho) dos agujeros de digitación que, al ser tapados, se obtienen frecuencias más bajas y al ser de menor tamaño que los de Jaina sus frecuencias son más agudas.

“La manufactura de silbatos de Calakmul imita distintos tipos para cada especie de búhos (hay 27 en toda la República); los de Jaina tienen una estructura sonora distinta por la embocadura (parte donde se sopla el aire) de una especie de búho, en cambio, el de Mayapán es totalmente distinta y la cavidad de resonancia interior del silbato irá en la parte trasera de la figurilla, contraria al sentido del pico”, aclaró Zalaquett.

La Porte menciona que en Tikal, durante el clásico tardío terminal, los silbatos de búho eran muy similares a los de Calakmul; estos fueron encontrados dentro o alrededor de unidades habitacionales en el mundo perdido, la zona norte y conjuntos residenciales.

Investigadores del Museo Nacional de Antropología e Historia (INAH) señalan que la escasez de inscripciones sobrenaturales, alrededor de los hallazgos de silbatos, apoyan la hipótesis de que estas figurillas sirvieron para representar historias en contextos domésticos con diálogos mixtos, palabras y sonidos.

Con estas evidencias los estudiosos concluyeron que los silbatos con representación de búhos muchas veces son asombrosos imitadores de los sonidos biológicos, en el caso del búho predominante en la Península de Yucatán, sus sonidos se elevan hasta el cielo con su aumento gradual de intensidad, como evocando en los cielos el fin de una vida humana.

MISTICISMO

Para los mayas los sonidos son componentes indisolubles de sus experiencias y por lo tanto deben acompañar a los humanos en la vida después de la muerte. Por esta razón, en muchas ocasiones entierran a sus familiares con alimentos, queman copal e insertan estos instrumentos musicales

CITA
“Muchos objetos adquieren vida al ser creados, por lo cual podría ser una forma de apropiarse de los sonidos de estas aves”,
MARTHA ILIA NÁJERA
Instituto de Investigaciones Filológicas UNAM

 

LEG