La muerte del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, cambiará la relación de fuerzas políticas de la entidad de cara a la elección del 2025.

Apenas el lunes pasado comentamos en este espacio el interés del coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, y del presidente de la Mesa Directiva del Senado, Alejandro Armenta, de ser el sucesor de Barbosa.

Mier y Barbosa sostenían diferencias irreconciliables.

Como recordará, Mier fue involucrado en mayo de este año en una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda por presunto lavado y evasión de impuestos por más de 400 millones de pesos.

La investigación de la UIF comenzó en junio del 2021, cuando Santiago Nieto era el director de la unidad.

Esta investigación involucraba además al director del Diario Cambio, de Puebla (del que Mier es socio), Arturo Rueda y al exauditor superior del estado, Francisco José Romero Serrano.

Rueda y Romero se encuentran presos en Puebla; el primero por lavado y extorsión al diputado priista Jorge Estefan Chidiac y el segundo por lavado.

Mier se dijo víctima de un ataque político orquestado “por los tres cochinitos’’ -se refería a Nieto, al senador Armenta y al gobernador Barbosa, aunque nunca lo mencionó por su nombre- y los denunció ante la Fiscalía General de la República por “revelación de secretos y tráfico de influencias’’.

La UIF, ya con Pablo Gómez al frente, hizo un “severo extrañamiento’’ a la Fiscalía de Justicia de Puebla por revelar la investigación iniciada por Nieto y de facto exculpó a Mier.

El desencuentro con Barbosa también fue alentado por el hecho de que tres agentes ministeriales poblanos fueron asesinados por la Policía Municipal de Tecamachalco, gobernado -es un decir- por el hijo de Ignacio Mier, Ignacio Mier Bañuelos.

Desde el Gobierno estatal se sostenía que se trató de una ejecución debido a que los agentes investigaban a grupos de huachicoleros presuntamente ligados con autoridades municipales.

Nunca se conoció el final de la investigación.

La recomposición de las fuerzas de Morena en Puebla, a partir del deceso de Barbosa, podría favorecer a Mier si este logra congraciarse con el Presidente con la aprobación de la mal llamada reforma electoral.

Ese es un incentivo más para el coordinador de los diputados de Morena para que presione a los legisladores de partido a aprobar sin chistar, como lo vienen haciendo, las iniciativas presidenciales.

Armenta, quien se decía tenía un pacto de sucesión con Barbosa, podría resultar perjudicado no solo porque si hubo tal compromiso ya no hay quien lo respalde y por su cercanía con Monreal.

Se quiera o no, un evento fortuito como el deceso de un gobernador tendrá sus efectos en la política nacional.

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La novela que se desarrolla en el Senado sobre la aprobación o rechazo de la mal llamada reforma electoral tendrá hoy su colofón.

Los senadores se preparan para discutir en el pleno los cambios que supuestamente corrigen las inconstitucionalidades del llamado Plan B presidencial, aunque por lo visto poco hay que esperar.

Lo ideal sería que el documento fuera rechazado pero, a pesar de las promesas de revisión “sin prisa’’ y detallada del documento que aprobó la Cámara de Diputados, a los senadores también se les impuso la prisa presidencial y en tres días votarán un documento que muchos legisladores apenas conocen de oídas.

Hoy se votarán las supuestas modificaciones y con ello concluirá el periodo ordinario actual.

Tan tan.

LEG