Ya sean obligados a trabajar para el crimen organizado, el blanco del fuego que sale de las armas de la delincuencia o un ‘daño colateral’ en los enfrentamientos, los menores de edad se convirtieron en uno de los sectores más afectados por las actividades delincuenciales.

Precisamente, el sábado en una de tantas ejecuciones que se reportan a lo largo del país, principalmente en Guerrero, Michoacán y Zacatecas, un menor se encontraba entre las siete víctimas de la ejecución de El Durazno, en Coyuca de Catalán, municipio de la tierra caliente guerrerense. Y lo peor, pocos hablan de ellos.

A no ser por el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que en algunas zonas ha funcionado bien, pero en otras hay un cuestionable manejo, no se conocen más programas destinados a arrancar a los jóvenes de las manos de la delincuencia, específicamente enfocados a los más vulnerables ante el problema: los de 12 a 15 años.

Según los datos que la organización Reinserta y la empresa X-DATA han concentrado en una plataforma que puede ser consultada por la ciudadanía, entre 2000 y 2019 más de 31 mil niños mexicanos fueron incorporados al crimen organizado por pagos de hasta 35,000 pesos mensuales.

Las entidades donde más se registra el reclutamiento de las infancias es, por supuesto, Guerrero, de Evelyn Salgado; Coahuila, de Miguel Riquelme; Tamaulipas, de Américo Villarreal; Nuevo León, de Samuel García; Oaxaca, de Salomón Jara; Edomex, de Alfredo del Mazo, y Quintana Roo, de Mara Lezama.

Como un retrato de lo ocurrido en la comunidad de El Durazno, el informe revela que la edad promedio del involucramiento de los niños en las actividades criminales es de entre 12 y 15 años.

El reclutamiento se da, en la mayoría de los casos, por invitación por parte de amigos o por iniciativa propia; toda vez que muchas veces existe una relación de admiración y lazos afectivos con alguna figura de autoridad dentro de los cárteles.

Lo más revelador es que, tras involucrarse, los niños y jóvenes fungen como nuevos reclutadores para las organizaciones delictivas. Por ello, en 19 años, 21 mil niños, niñas y adolescentes han sido víctimas de homicidio doloso.

Como parte de la investigación de la organización civil y la empresa se transformaron las más de 500 páginas que incluye el informe para traducirlo a través de gráficos, tablas y mapas para facilitar el acceso a la información y, sobre todo, hacer posible su uso para crear políticas públicas que atiendan esta problemática.

 

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Servilismo Legislativo

Votar una iniciativa porque se los ordenan, sin tomarse la molestia de leerla y entenderla, no solo es un acto abyecto, sino también de corrupción, porque por mantener un cargo o tratar de subir en el escalafón de los partidos se pone en riesgo el futuro de una nación.

Hacer leyes a modo, para permanecer en el poder sin importar la violaciones de las leyes, es un acto corrupto que golpea directamente la vida institucional del país; el impacto del derrotismo legislativo lo pagarán las próximas generaciones de mexicanos.

 

  @chimalhuacano