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Foto: Freepik / En 2021 el trabajo no remunerado tuvo un valor de 6.8 bdp a precios corrientes  

El valor del trabajo no remunerado en 2021 representó el 26.3% del PIB, el segundo porcentaje más alto, solo detrás del máximo de 27.6% en 2020, cuando inició la epidemia de Covid-19 en México, de acuerdo con cifras preliminares del Inegi.

El trabajo de los integrantes del hogar que destinaron a labores domésticas y de cuidados tuvo un valor de 6.8 billones de pesos a precios corrientes (sin descontar el factor inflacionario).

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La participación de mujeres fue del 52.9% y la de los hombres de 47.1%, y al revisar por horas y valor económico se observan amplias brechas, pues ellas destinaron más tiempo.

Mientras que las mujeres destinaron el 64% de su tiempo de trabajo total a labores domésticas y de cuidado en el hogar, los hombres dedicaron 26.5%, pues su prioridad en el 70% estuvo orientada al trabajo pagado.

El ingreso monetario de las mujeres por labores domésticas y de cuidados fue equivalente a 71 mil 524 pesos anuales, mientras que para el caso de los hombres el equivalente fue por 28 mil 831 pesos.

La equivalencia del valor económico aportado por su labor dentro del hogar cambia cuando se consideran las condiciones sociales de cada persona.

Por ejemplo, si la mujer estaba casada o vivía en unión libre, su aportación ascendió a 89 mil 563 pesos anuales, si en el hogar había menores de seis años, su trabajo tendría un valor de 93 mil 80 pesos, principalmente por las actividades de cuidados y apoyo, y si era soltera, sus actividades tuvieron un valor de 41 mil 838 pesos.

Por lugar de residencia, las mujeres en hogares rurales generaron un valor económico promedio de 79 mil 836 pesos anuales.

Las labores domésticas en casa son un trabajo, y el costo se paga con tiempo que podría destinar a actividades remuneradas en el mercado laboral, señaló la directora de Sociedad Incluyente en el Instituto Mexicano para la Competitividad, Fátima Masse.

“No estás pagando por él (el trabajo doméstico), pero sí se está invirtiendo tiempo, y eso implica que la otra persona tome decisiones con respecto a su tiempo de lo que no puede hacer por estar haciendo este tipo de tareas”, indicó.

Renata Morales, esposa y madre de tres hijos, comparte que sus labores domésticas no son apreciadas por el resto de los miembros del hogar.

“A veces creen que sólo ellos se cansan, pero yo también me canso. La diferencia es que a ellos les pagan, sus jefes o por la beca, pero yo no recibo pago por mis quehaceres que me llevan todo el día. Me dan gasto, pero eso no es para mí, es para todos”, indica.

Trinidad Gutiérrez, madre de dos hijos y viuda, comparte que tras tomar la decisión de dedicarse de tiempo completo a su hogar desde el momento en que se casó, perdió la oportunidad de seguir desempeñándose como enfermera.

Cuando tuvo la necesidad de incorporarse al mercado laboral ante el fallecimiento de su esposo hace siete años, ya no pudo hacerlo por la falta de experiencia.

 

 

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