¿Qué pasa con nuestra obsesión con la gente caníbal?

En un contexto sexual, digamos, quizá puedan llegar a ser comunes los eufemismos como “te quiero comer” o cosas así, clásicos en canciones de reggaetón, también. ¿Mas qué hay de cuando ese escenario es real? ¿Cuando realmente la persona quiere convertirte en su alimento?

El sentimiento es muy horroroso como para describirlo en un par de palabras, pero la nueva cinta Hasta Los Huesos, de Luca Guadagnino y protagonizada por Timothée Chalamet y Taylor Russell, con la historia de dos caníbales tratando de bloquear o justificar sus tendencias, lleva este caso hasta el máximo extremo.

Con tanta cosa pasando en el universo, es probable que haya personas con el verdadero deseo de comer carne humana. La cinta relata la lucha interna de su protagonista, de si puede o no combatir algo su naturaleza, por más intentos que haga.

Lo curioso del largometraje, aparte de sus secuencias musicales y la forma como maneja el ritmo entre el romance y el terror, es el mensaje subliminal que posee acerca de la sensualidad. Después de todo, los deseos sexuales son algo natural. El reprimirlos puede llevarnos incluso a la locura extrema. Para quienes tienen orientaciones sexuales distintas a la heterosexual, o quienes, por devoción a alguna religión, ven el placer sexual como tabú, este relato puede hacerles otro tipo de sentido.

Si nos remitimos a las canciones urbanas, encontramos mucho verso sobre disfrutar el cuerpo de alguien más como si fuese comida. Pero mientras que para la gente heterosexual es algo visto como “normal”, la comunidad LGBT+ aún no puede expresarse tan libremente como quisiera, lo cual lleva a negar o reprimir sus deseos sexuales. El peor incidente ocurre cuando estas creencias se llevan al plano inconsciente. Porque al final, tal es el mensaje detrás de Hasta los Huesos: no podemos escapar de nuestra naturaleza, porque es algo innato.

Guadagnino tiene como constante foco la sensualidad. Todas sus cintas son “bonitas”. Mas detrás de ello existe este gran discurso, disfrazado como una película de terror. Claro, también habla de cuando una persona libera esa carga, junto con todas las consecuencias que se pueden presentar a causa de toda esta represión.

Hasta los Huesos habla sobre la bondad, el trauma y las cicatrices, pero su más grande mensaje es el de intentar escaparnos de nuestra propia felicidad. Aunque la comunidad LGBT+ no sea caníbal, Guadagnino, al empatizar con estos personajes, nos hace reflexionar si esta en general ha juzgado a quienes piensan distinto. Si se puede tener simpatía por dos enamoradxs comiendo gente, ¿por qué no por dos mujeres besándose?

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