Brasil
Foto: AFP Los pentacampeones cerrarán la fase de grupos ante Camerún el viernes en el estadio de Lusail.  

Casemiro espantó los sentimientos de nostalgia hacia el lesionado Neymar con una volea de derecha que rompió el arco de Suiza (1-0) este lunes en Doha, dándole a Brasil una apretada clasificación anticipada a los octavos de final del Mundial de Catar.

El volante del Manchester United anotó en el minuto 83 su sexto gol con la ‘Seleção’, una de las favoritas al título y líder del Grupo G con puntaje perfecto en dos juegos. La batalladora Suiza, en tanto, es segunda con tres.

El tanto del inoxidable mediocampista de primera línea le dio norte a un ‘scratch’ que tuvo poca creatividad en el estadio 974, en parte por el buen desempeño defensivo de los suizos.

Los pentacampeones cerrarán la fase de grupos ante Camerún el viernes en el estadio de Lusail. El mismo día, y a la misma hora (19H00 GMT), Suiza chocará con Serbia en el 974.

Cameruneses y serbios suman un punto tras empatar este lunes en un entretenido partido (3-3).

– Nuevo comienzo opaco –
En el cierre del primer tiempo, las dos gigantescas pantallas del estadio 974 enfocaron a un hincha brasileño cuya cara y gestos explicaban bien el primer tiempo de Brasil: ojos levemente abiertos y las manos sosteniendo la quijada, como si estuviera orando.

La ‘Seleção’ volvió a tener un primer tiempo trabado, similar al que tuvo contra Serbia (2-0) en su debut en Catar. Pero esta vez con un agravante: no podía contar con Neymar para rescatarla.

Al menos no físicamente, porque antes del pitazo inicial, el ’10’ envío un mensaje de aliento a sus compañeros desde el hotel en Doha donde se recupera de la lesión en el tobillo derecho: “¡Vamos!”, escribió en una historia que publicó en Instagram junto a una imagen televisiva del calentamiento.

Aunque su reemplazo, Lucas Paquetá, ya lo ha sustituido con éxito, tuvo problemas con la marca feroz de Remo Freuler. Aun así, en un par de acciones (minutos 12 y 19), con toques sutiles, amagó con llevar peligro al arco de Yann Sommer.

Con el hombre del West Ham inglés eclipsado, la responsabilidad ofensiva recayó en Raphinha y Vinicius Jr por las bandas y Fred en el centro. Además de ser solidario en la defensa, el primero fue el más activo, con un lanzamiento cruzado desde la izquierda que ‘Vini’ impactó antes de caer y que Sommer envío al córner (27).

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Aquella fue la única opción clara de gol en la primera parte, en la que el planteamiento suizo fue eficaz para robarle por momentos la pelota a Brasil y mortificar su salida, aprovechando las limitantes técnicas de Éder Militao de lateral derecho, reemplazo del magullado Danilo.

Pero los suizos, sin Xherdan Shaqiri, con aparentes dolencias musculares y reemplazado por el juvenil Fabian Rieder, de 20 años, se quedaron cortos en materia ofensiva: como ante Serbia, Alisson tuvo poco trabajo.

– La muñeca de Tite –
Richarlison, héroe del estreno con un doblete, batalló, pero los zagueros Manuel Akanji y Nico Elvedi se le impusieron con frecuencia y tampoco fue bien alimentado por sus compañeros.

Tite movió sus fichas recién comenzado el segundo tiempo: sacó a Paquetá para darle ingreso a Rodrygo, conocido por su desequilibrio por las bandas, pero que recientemente ha dado pinceladas de poder ser un ’10’.

Y luego (59) metió a Bruno Guimaraes por Fred, quien había perdido solidez en la marca luego de ser amonestado siete minutos después de volver de los camerinos, permitiendo cercanías no deseadas en terreno de Alisson.

La muñeca de Tite pareció tener efecto, aunque efímero, pues en una recuperación de Guimaraes, que incluyó un toque de Rodrygo, nació un gol de Vinicius (66) que el VAR invalidó por órsay de Richarlison.

La celebración fallida fue un abrebocas de lo que vendría: a diferencia del primer tiempo, los pentacampeones concentraron su ataque en la izquierda, con la dupla del Real Madrid al mando.

Sin el brillo que lo iluminó en el estreno, Richarlison cedió su puesto a Gabriel Jesus y Raphinha a Antony (73).

El seleccionador suizo, Murat Yakin, también refrescó su once, sacando al goleador ante Camerún, Breel Embolo, y a Rieder.

De poco le sirvieron los ajustes de tuercas, porque, cuando todo parecía perdido, Rodrygo habilitó a Casemiro, previo una asociación con Vinicius, y el mediocampista desenfundó una volea templada cuyo disparo se coló cerca de la escuadra izquierda de Sommer para tranquilidad de Brasil entero.