De México se habla poco en los medios de los Estados Unidos. La opinión pública de allá es muy egocentrista y pocos temas internacionales les llegan a importar. 

A diferencia de la atención que ponemos en México de los asuntos internos de aquel país, tanto que hasta programas y ediciones especiales hacemos cuando tienen elecciones legislativas. 

Temas como la migración o el narcotráfico suelen ocupar algunos espacios en los diarios o en los informativos de la televisión estadounidense. A veces, cuando se presenta alguna situación muy violenta, como las cada vez más comunes masacres, el tema sube a los espacios de atención mediática. Pero nada más. 

Así era hasta ahora que ya hay un tema que cada vez más empieza a atraer la atención de ciertos sectores de la opinión pública estadounidense. 

Al presidente Andrés Manuel López Obrador siempre lo han visto como un populista de izquierda al que constantemente comparan con Donald Trump. Han sido anecdóticas sus decisiones de Gobierno, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco o las trabas que ha puesto a las empresas energéticas de aquel país. 

Pero los actuales intentos por minar la democracia y las instituciones encargadas de las elecciones ya encendieron algunos focos de alerta en aquel país. 

Empezando por el propio Gobierno de los Estados Unidos. El vocero del Departamento de Estado, Vedant Patel, hizo ver que para el Gobierno de Joe Biden el Instituto Nacional Electoral es visto como una piedra angular de la democracia mexicana. 

Bueno, hasta la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, llamó a los actores políticos de nuestro país a proteger los avances democráticos alcanzados por la sociedad mexicana y a preservar la independencia e imparcialidad de las instituciones electorales. Así de claro y directo el mensaje en contra de la intentona de López Obrador. 

Esta amenaza real en contra de las instituciones democráticas de nuestro país ya es un tema de primeras planas y de análisis en medios como The New York Times o The Washington Post. 

Ya no son las anécdotas del folklore del populismo mexicano comentadas en algunos medios, ya son preocupaciones reales de una amenaza a la vida democrática del país con el que comparten 3,152 kilómetros de frontera. 

Es un hecho que los gobiernos, demócratas y republicanos, hacen como que no ven las desgracias de países con regímenes antidemocráticos del continente, como Venezuela. Pero no es lo mismo que aparezcan algunas señales preocupantes de antidemocracia en su país vecino y principal socio comercial.

Es un hecho que hasta hoy solo hay amagos, algunas demostraciones del camino que quiere seguir la 4T, como las declaraciones matutinas del Presidente o la marcha del próximo domingo. Pero también está claro que López Obrador va a por el control de los organismos electorales para garantizarse resultados que le resulten favorables. 

En la medida que avance esta intentona, el tema mexicano habrá de posicionarse en el interés mediático de Estados Unidos y entre las prioridades del Gobierno de Joe Biden, de eso ya no podemos tener ninguna duda. 

 

  @campossuarez