Durante los últimos diez años he asistido al Festival Internacional del Globo de León (FIG) y he sido testigo de la transformación de este magno evento que desde mi punto de vista se encuentra en un momento de franca metamorfosis.

El FIG es considerado el segundo festival de su tipo más importante del mundo, solo detrás de la Fiesta Internacional de Globos de Albuquerque en Nuevo México y prácticamente igualado en relevancia con la Gran Carrera de Globos de Reno en Nevada.

Pero porqué digo que el FIG, se encuentra en un momento de cambio.

La razón es la siguiente, recuerdo cuando acudía a las primeras ediciones de este festival, el común denominador era el caos y la desorganización para entrar y salir del mismo, algo que los organizadores han resuelto en las últimas ediciones y que los visitantes agradecen.

Sin embargo, no todos los cambios han sido buenos, de aquel festival donde los globos eran los protagonistas y las familias eran el público objetivo queda poco.

En las últimas ediciones, la noche mágica evento nocturno que le daba mucha vida al FIG, ha tenido que competir con conciertos de personajes famosos como Martin Harris, Alejandro Fernández, Banda Ms, DJ Tiësto, Los Ángeles Azules y más…

Estos personajes si bien han logrado darle un mayor atractivo para los visitantes que llegan al FIG, también le han restado relevancia principalmente al evento nocturno que año con año parece pasar más y más desapercibido.

En los últimos años el festival ha contado con el apoyo de múltiples marcas privadas, algo que en teoría debería de generar un mayor despliegue de entretenimiento y actividades para los visitantes, algo que definitivamente no ha sucedido.

Hasta la edición 2021 el FIG contaba con presentaciones de artistas, bailables y shows que lograban entretener la estancia de un día completo durante el evento, algo que la edición 2022 perdió, ya que, salvo algunas presentaciones aisladas, el festival se convirtió en monótono y poco atractivo para las personas que decidieron pasar todo el día en el.

Otro detalle que en el FIG ha cambiado, es su oferta gastronómica, es comprensible que los alimentos y bebidas dentro del festival tengan un costo un poco elevado, ya que es el común denominador en este tipo de eventos.

Un punto para que la directora del festival Escandra Salim Alle tome atención me parece que la calidad año con año del festival parece disminuir y ya no cumple completamente con las expectativas de los visitantes, las eternas filas son comunes, para el uso de los baños y para la comida algo que para las familias que llegan al festival definitivamente no es cómodo.

El FIG también ha sufrido un incremento sustancial en el costo de acceso ya que en la edición 2019 el acceso general tenía un precio de $143.00, mientras que para la edición 2022 el costo de un Day Pass era de $635.00, mientras que el boleto VIP alcanzaba los 4 mil 625 pesos.

Aquí el problema no es el costo, si tu producto lo vale no existe ningún problema en pagarlo, pero cuando observas que el precio de 2019 a la fecha se ha elevado en un 400%, lo mínimo que pides son mejores servicios, algo que él FIG aún no ha logrado.

Todos estos detalles me hacen pensar que el FIG definitivamente está cambiando, y corre el riesgo, tal vez calculado, de convertirse en un festival más musical que de globos, atrayendo principalmente a un público joven que disfruta y entiende el tipo de evento que los organizadores han ofrecido en los últimos años.

Durante la Inauguración de la edición número 20 del FIG, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue, mencionaba que este festival catapulta a la ciudad de León y a Guanajuato, como destino turístico a nivel mundial, definitivamente algo en lo que estoy de acuerdo.

Durante la edición 2022 el FIG recibió más de 400 mil asistentes, de los cuales el 60% llegó desde el interior del país y del extranjero, dejando una derrama económica de alrededor de 711 millones de pesos para la ciudad.

Estos datos parecen justificarse con el hecho de que no todos los días observamos 200 globos aerostáticos elevarse en una misma mañana.

Definitivamente sigue siendo un gran evento, pero a mi entender el FIG debe definirse, si adoptar definitivamente la receta de festival musical con globos o hacer un alto en el camino y retomar la receta tradicional que lo llevó al éxito, un evento familiar dónde los globos son los principales protagonistas.

Este año el FIG mostró más rostro de un rave que de un Festival de globos familiar.

LEG