Hoy, martes 8 de noviembre, se celebran elecciones intermedias en Estados Unidos. Es importante analizar los hechos alrededor de estos comicios. Primeramente, el presidente Joe Biden arriba con un declive pronunciado en sus niveles de aprobación. De acuerdo con datos de Gallup, a octubre de 2022, 56% de los norteamericanos desaprobaron la gestión del mandatario.

Es preciso mencionar que los números de Biden están por debajo de los que registraron sus predecesores a finales de su segundo año de Gobierno. Dentro de las posibles causas se encuentran: el incremento de la inflación, por ello, la Fed colocó la tasa de fondos federales en un rango entre 3.75% y 4%; el riesgo inevitable de una recesión, según Bloomberg; una agenda legislativa ambiciosa pero frenada por los republicanos; el controversial retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán; los tiroteos masivos; y la continuidad de la política migratoria de Donald Trump.

Asimismo, Biden acarreó las decisiones de la emergencia sanitaria, en un ambiente polarizado donde no se abrieron canales de diálogo a lo largo de la etapa pandémica, pospandémica y de guerra. Todo ello le ha dado poco margen de maniobra. El resultado es un Presidente débil con un capital político disminuido, cuando antes fue un vicepresidente fuerte. En múltiples ocasiones, las intenciones y acciones no se plasman en la realidad, ya que se topan con pared y oídos sordos.

En tanto, el trumpismo permanece vivo. A tenor de FiveThirtyEight, Trump mantiene una opinión favorable entre poco más de 40% de los estadounidenses. No hay que olvidar que manifestó su intención de contender por la presidencia en 2024.

En la jornada electoral se disputarán 35 asientos de 100 en el Senado de Estados Unidos, la renovación total de la Cámara de Representantes y 36 de 50 gubernaturas. Durante las campañas, los demócratas señalaron que los valores democráticos del país corrían peligro en manos del Partido Republicano. De ahí que, el mes pasado, Barack Obama y Bernie Sanders realizaron giras en distritos y estados clave, tales como Georgia, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin.

Sin duda, la agenda del Partido Demócrata estará delimitada por temas prioritarios como el combate a la inflación; el manejo responsable de la economía; garantizar el fortalecimiento de la seguridad social y del sistema de salud; así como la defensa del derecho al aborto tras la decisión de la Corte.

Al momento que se escribieron estas líneas aún no había concluido el proceso electoral. Sin embargo, con base en pronósticos de FiveThirtyEight, la probabilidad de que el Partido Republicano obtenga la mayoría en la Cámara de Representantes es de 84%; por su parte, el Senado norteamericano continúa muy cerrado y, además, se proyecta una victoria republicana en 14-21 gubernaturas.

¿Qué partido controlará el Congreso estadounidense? Lo sabremos en los días subsecuentes. Trump buscará recuperar la Casa Blanca, al tiempo que Biden hará todo lo posible por enderezar el curso de su Gobierno. Es oportuno resaltar que México, al ser país vecino, se verá impactado por lo que suceda en las urnas norteamericanas.

¿O serán las elecciones intermedias otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

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