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Foto: AFP / Un año atrás, los Lakers se presentaban como uno de los grandes favoritos para el campeonato, impulsados por la contratación de Russell Westbrook  

La nueva temporada que arranca el martes puede ser el examen definitivo para ambas franquicias, últimos exponentes del modelo de superequipo en la NBA como Lakers y Nets.

Un año atrás, los Lakers se presentaban como uno de los grandes favoritos para el campeonato, impulsados por la contratación de Russell Westbrook, el rey del triple-doble en la NBA y ganador de un premio MVP.

Westbrook debía formar un temible ‘Big 3’ junto a LeBron James y Anthony Davis, líderes del equipo campeón en 2020, pero el proyecto descarriló pronto y los Lakers ni siquiera alcanzaron el repechaje a playoffs (‘play in’).

Todos los focos se colocaron en los problemas de adaptación de Westbrook, un expansivo base que sufre en ataque si no es protagonista del juego y con graves carencias en el tiro exterior.

Con un salario de 47 millones de dólares por temporada, los Lakers no han logrado colocar a Westbrook en la temporada baja y, en una jugada arriesgada, contrataron al polémico base Patrick Beverley, que tiene un largo historial de enfrentamientos en pista con Westbrook.

Los equipos que saben ser disuasorios cuando es necesario son los que ganan. Si defendemos bien, si obligamos a los rivales a realizar tiros difíciles, si limitamos sus oportunidades de anotar, si estamos presentes en el rebote, eso nos pondrá en el camino del éxito”, aseguró Lebron James antes de comenzar su vigésima temporada en la NBA.

El alero, de 37 años, puede superar durante el curso al legendario Kareem Abdul-Jabbar como máximo anotador histórico de la liga pero su gran ilusión es conquistar el quinto anillo de su carrera.

TRISTEZA EN NUEVA YORK

En Brooklyn, el verano fue todavía más turbulento que la pasada temporada, en la que perdieron casi toda la fase regular a Kyrie Irving por su negativa a vacunarse contra el coronavirus y se vieron forzados a traspasar a James Harden a los 76ers a cambio de Ben Simmons, que no llegó a debutar por lesión.

La cadena de infortunios derivó en una barrida 4-0 por los Boston Celtics en la primera ronda de playoffs. Frustrado, la tercera superestrella del equipo, Kevin Durant, trató durante semanas de ser traspasado a otro equipo.

Cuando ninguna franquicia aceptó pagar el elevado precio que pedían los Nets, Durant reclamó al menos la destitución del entrenador, Steve Nash, y del mánager general, Sean Marks, y acabó aceptando quedarse para un nuevo intento de salvar el proyecto junto a Irving y Simmons.

“Sé que es una historia interesante, el drama vende, lo entiendo. Pero no me he perdido ningún partido, no me he perdido ningún entrenamiento, sigo aquí. Así que espero que podamos superar eso”, dijo Durant.

 

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