Foto: Carlos Mendoza / Suzuki no dejó fuera a Baleno de su familia y lo puso en condiciones para ir con la filosofía de la armadora nipona  

Baleno se reinventa para ser un hatchback más competitivo, gracias a su apartado de seguridad, el cual mejoró respecto al año pasado, cuando debutó en el país.

Suzuki no dejó fuera a Baleno de su familia y lo puso en condiciones para ir con la filosofía de la armadora nipona de ofrecer vehículos con gran seguridad para sus ocupantes.

Ahora con seis bolsas de aire, así como control de tracción y estabilidad, este hatchback da un salto de calidad que era necesario, pues en comparación con sus rivales, quedaba una cuenta pendiente.

Algo que vemos como novedad en el apartado estético, es el frente con una parrilla más prominente y acabado negro piano, al igual que los faros LED renovados. En el resto de la estructura, no se ven cambios.

Al interior vemos la nueva pantalla táctil de 9 pulgadas, la cual ya es una constante para los nuevos modelos a partir de este año, como es el caso de S-Cross. Un acierto.

El volante se mantiene como el habitual en los vehículos Suzuki y los asientos en tela preservan el sello habitual, aunque apreciamos que se sienten más confortables.

El espacio viene a ser el mismo que en 2021. Suficiente, sin excesos y bien aprovechado. Ahora con salidas de aire acondicionado para la segunda fila de pasajeros que se agradece bastante.

En una ruta con Suzuki por carretera, pusimos a prueba su nuevo motor 1.5 litros, que ahora aporta hasta 103 caballos de fuerza. Un acierto dotarlo con este nuevo bloque, aunque donde encontramos un pero es que solo se contempla la versión automática de 4 cambios. Contrario a la generación pasada que contaba con la versión manual, ahora no habrá más opción.

En el camino se siente bien plantado al suelo, aunque con esta transmisión y de tiempo atrás, hay cierto límite. Se siente lag para tomar impulso y una vez a alta velocidad, habrá que acostumbrarse a que no se tendrá una sensación de alta emoción, pero cumple de buena manera.

La dirección es suave, la suspensión enfocada en el desempeño citadino da buen confort, pero como es habitual en Suzuki, la autonomía es de destacar. Sin problema llegará hasta los 17 km/l en carretera si se maneja tranquilamente.

LEG