RUIDO
Foto: Netflix / La cineasta mexicana Natalia Beristáin intenta encontrar una manera de acompañar a las personas que buscan a sus familiares desaparecidos en su país  

La cineasta mexicana Natalia Beristáin intenta encontrar una manera de acompañar a las personas que buscan a sus familiares desaparecidos en su país. Así nació Ruido, un largometraje presentado en el Festival de San Sebastián que da voz a varias de ellas.

Protagonizada por la madre de Beristáin, Julieta Egurrola encarna a Julia, una mujer que busca incansablemente a su hija desaparecida hace nueve meses, y que, en su gesta, entablará relaciones con otras personas que sufren el mismo drama.

“Desde mi quehacer que es el cine, (quería) encontrar una manera de acompañar a las familias que viven esta realidad en su cotidianidad (…) y decirles que no están solas”, señaló Beristáin en San Sebastián.

Desde que el proyecto dio los primeros pasos, “entendí que esta ficción no podía terminar de contarse si no ponía la voz y la cara y los nombres de algunas de las personas que viven esto en su cotidianidad” y que “fueran ellas quienes lo narraran”, indicó.

El largometraje es una mezcla de ficción y documental, en la que Julia se va encontrando con personas reales de colectivos que buscan a desaparecidos, quienes exponen sus casos en la pantalla.

Siguiendo la pista de su hija hacia la zona donde desapareció, asolada por el narcotráfico y la trata, Julia entra en contacto con otras personas que luchan por sus derechos, como una activista trans.

“Lo importante de la película termina siendo las redes que (Julia) tiende o teje hacia otras mujeres en sus otras luchas, en sus otras búsquedas de dignificar a los suyos y a las suyas”, explica Beristáin.

Aunque rodada en el estado de San Luis Potosí, en parte porque era un lugar más seguro para el equipo que otras zonas de México, en la película no se especifica dónde se está moviendo Julia como una manera de mostrar que el drama de los desaparecidos “atraviesa el país en todas sus latitudes”, dice la directora.

Las desapariciones comenzaron en México con la llamada “guerra sucia” de las autoridades contra los movimientos revolucionarios de las décadas de 1960-1980, pero se dispararon a partir de la década de 2000, con el aumento del narcotráfico y la guerra que el gobierno declaró.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, desde 1964 se desconoce el paradero de 104 mil 464 personas, aunque colectivos de búsqueda y activistas creen que la cifra es mucho mayor, pues algunas familias no denuncian ante las fiscalías por miedo o desconfianza.

En Ruido, Julia también se enfrenta al desdén, cuando no al maltrato, de funcionarios y policías, un reflejo de la realidad.

“No ha habido resonancia en el gobierno federal” de las protestas de familiares de desaparecidos por la ineficacia de las autoridades para hallar a sus seres queridos, se lamenta Julieta Egurrola.

La actriz dice que tienen repercusión casos como la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero no ocurre lo mismo con casos de familias a las que se les desaparecen “uno o dos, a veces hasta cuatro” personas.

Egurrola dijo sentir mucho “orgullo” de esta primera colaboración con su hija, quien, indicó, le había prometido un papel protagónico en una de sus producciones.

“Es extraordinario (…) que sea una mujer directora que dirija a su madre actriz, es algo especial”, agregó Egurrola.

Ruido se estrenará en México en el Festival de Morelia a finales de octubre y luego será incluido en Netflix, en una fecha por determinar. En San Sebastián, compite por el premio a mejor película latinoamericana.

 

LEG