BCE AFP
Foto: AFP / El BCE, encabezado por Christine Lagarde, subió 0.75 puntos base sus tipos  

El Banco Central Europeo (BCE) aceleró el endurecimiento de su política monetaria con un alza de sus tasas de una amplitud inédita para tratar de refrenar la inflación.

TE PUEDE INTERESAR:  BCE está determinado a ‘meter el acelerador’ contra la inflación

La institución aumentó sus tasas de referencia en 0.75 puntos base, el mayor incremento en la historia de la entidad, fuera de un ajuste técnico de 1999.

La tasa de depósitos bancarios del BCE, que sirve de referencia en un contexto de liquidez abundante, pasó de -0.5% a 0% en julio, y ahora pasó a 0.75%.

Durante ocho años, las tasas de depósito se mantuvieron en terreno negativo, una situación excepcional, que buscaba incitar a los bancos de la zona del euro a colocar su liquidez en proyectos productivos en lugar de retenerla en las arcas del BCE.

Las otras dos tasas directrices, la que se aplica a los bancos para las operaciones de refinanciación a varias semanas y la que busca la facilidad de préstamo marginal a un día, pasaron respectivamente a 1.25% y a 1.50%.

Los aumentos de las tasas buscan desacelerar la inversión y el consumo para reducir la presión sobre los precios.

Aun así, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió que las tasas aprobadas están todavía “lejos” de un nivel capaz de “ayudar a llevar la inflación al 2%”, objetivo de la institución.

Ya en julio, el BCE sorprendió con un aumento de 0.5 puntos base de su tasa, el doble de lo que preveían analistas. Ese aumento, el primero en 10 años, puso fin a una era de gran facilidad de crédito para estimular la economía de la eurozona.

Riesgo de recesión

Los precios en el bloque monetario registraron en agosto un aumento de 9.1% anual, un récord desde la creación del euro y un resultado muy por encima del 2% preconizado por el BCE.

La suspensión de entregas de gas ruso a Europa anuncia además una nueva escalada de los precios de la energía y una inflación de dos dígitos en otoño.

El BCE revisó de hecho al alza su previsión de inflación en la eurozona para este año a 8.1%, frente al 6.8% que proyectaba en junio, y afirmó que el fenómeno seguirá siendo “muy fuerte” durante “un largo periodo”.

Para 2023 y 2024, la institución prevé que la inflación sea de 5.5% y de 2.3% respectivamente.

“Hemos cometido errores de previsión […] porque es virtualmente imposible anticipar e incluir los nuevos modelos como el Covid, la guerra en Ucrania, el chantaje de la energía”, admitió Lagarde, afirmando que asumía “la responsabilidad”.

El alza de las tasas suele ir de par con una reducción de las expectativas de crecimiento económico. El BCE subió su proyección de aumento del PIB este año en la zona del euro a 3.1%, frente al 2.8% en junio, pero rebajó sustancialmente la de 2023, de 2.1% a 0.9%.

Esta última proyección puede empeorar, con un riesgo de “recesión” si se produce un “corte total” del suministro del gas ruso, señaló Lagarde.

Analistas prevén otras alzas de tasas en las últimas dos reuniones del banco central en 2022.

LEG