Ángel Álvaro Peña

Muchos de los problemas innecesarios de México radican en que todavía hay quienes creen que nada ha cambiado. El Ejército es muy diferente al de hace cuatro años, el PRI tiene una fuerza muy distinta a la de principios del sexenio; el PAN, no tiene la misma fuerza que en 2018. Prueba de esto es el hecho de que se hayan constituido en alianza tres partidos con diferente origen, desarrollo y proyecto.

En este panorama que para algunos es desconocido surge un debate que puede no sólo deshacer la alianza opositora sino terminar con la agonía de más de un partido de la alianza, hasta convertirlos en polvo.

La iniciativa presentada por la priista Yolanda de la Torre propone una reforma constitucional para que el Ejército continúe en tareas de seguridad pública hasta por nueve años y no cinco como se ha previsto hasta ahora.

Esta propuesta llenó de cólera al líder nacional del PAN, Marko Cortés, quien reclamó un acuerdo público entre los tres partidos que conforman este club electoral de no enviar iniciativa de ley o reforma a las mismas para crear un hueco al Gobierno federal a través de la paralización del Poder Legislativo.

Los diputados priistas apoyan esta modificación, pero los senadores de ese partido la rechazan, de tal suerte que el PRI comienza a hacer agua y esta situación empieza a contagiar a los legisladores del PAN, que se resisten a correr al PRI de la alianza. Todo esto ante la proximidad de dos elecciones donde el tricolor podría perder sus dos últimas gubernaturas, es decir, en el Edomex y Coahuila.

En conferencia de prensa Cortés anunció que de seguir con esa propuesta el PRI será expulsado de la alianza, lo cual desmorona a la oposición.

El tema fue tocado por el Presidente de la República en la conferencia matutina, quien le sugirió al PRI alejarse del conservadurismo rancio y actuar por sí solo.

Por otra parte, esta es la segunda vez, la dirigencia nacional del PAN amenazó al PRI con romper la coalición “Va por México”.

Cortés Mendoza dijo sentirse “sorprendido” y advirtió: “Lo digo con absoluta claridad, decimos: no estamos de acuerdo y, de hecho, exigimos a todos los partidos que conforman la coalición legislativa Va por México, que cumplan su palabra y no modifiquemos la Constitución y no permitamos que se siga militarizando nuestro país”.

El mandatario también pidió al PAN sumarse a la iniciativa del PRI para que las fuerzas armadas se mantengan en labores de seguridad pública, hasta 2028: “que lo piensen, que en temas de seguridad no debemos de meter la cuestión partidista, no lo merece la gente”, dijo.

Es sorprendente para quienes desconocen la política, porque la oposición desde hace mucho tiempo dejó de practicarla, lo demuestra cada vez que sus legisladores hablan en tribuna sin consistencia, con un gran odio y un rencor que puede revertirse en las urnas. Lo cierto es que esta incomprensión de la vida política de México los conduce a estados de profunda soledad frente a las elecciones del próximo año y, lo que es peor de 2024, donde ni siquiera pueden contar con un líder sólido, ya que el candidato de Marko Cortés se mostró hace dos días muy complacido con la visita de López Obrador a Yucatán.

La verdad es que ya las gubernaturas del PAN y del PRI no son un buen destino porque tienen, por un lado, la presión de un Gobierno federal de Morena, y, por el otro, un congreso local adverso. Esto quiere decir que no sólo no es negocio para la oposición, sino que dejan de convertirse en las cajas chicas de sus partidos, porque el destino de cada peso estará vigilado con lupa.

Quienes conocen los entretelones de la política aseguran que a cambio de que Alejandro Moreno no pise la cárcel, el PRI votará con Morena, en las cámaras, para que la Guardia Nacional esté bajo el mando y protección de la Sedena.

Es decir, podría tratarse de una jugada maestra para deshacer, desde ahora el bloque opositor en el Legislativo y la alianza opositora en las urnas. El PRI siempre ha sido un partido de cúpulas y no puede arriesgar el hecho de que uno de sus dirigentes, en funciones, se vaya preso por delitos como enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, desvío de fondos, lavado de dinero, fraude fiscal, entre otros.

Lo anterior dejaría al PRI en el desprestigio total y sin posibilidades de levantarse de la lona.

El país ha cambiado, para algunos muy rápido, para otros lentamente. Lo evidente es que el tiempo se agota para la oposición y mientras no tenga un líder verdadero que los unifique, se dividirá en pedazos.

El PAN necesita del PRI, es su media naranja. Sólo el PAN, con el remedo de partido en que se convirtió el PRD, no es nada. Pareciera un matrimonio conflictivo donde Acción Nacional pareciera decirle al PRI: “Pégame, pero no me dejes”. La respuesta del PRI es contundente: “El PRI no recibe ultimátum, ni acepta órdenes ni de aliados ni de adversarios”.

PEGA Y CORRE.- Lorenzo Córdova viola una ley tras otra y donde se para agrede la legalidad, una vez que termine su periodo de consejero electoral, el 4 de abril del próximo año, regresará al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con una plaza de investigador que preservó gracias a las violaciones de la legislación universitaria y al amiguismo de las autoridades… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.