El presidente Andrés Manuel López Obrador entregará hoy al Congreso su 4º Informe de Gobierno y después tendrá un acto con unas decenas de invitados para leer un resumen del documento.
Las deudas de la administración lopezobradorista con la sociedad son conocidas, diariamente documentadas y debatidas en medios y redes sociales, a pesar del optimismo presidencial en temas como la seguridad y el crecimiento económico.
El éxito palpable de la actual administración ha sido haber destinado una cantidad de dinero histórica para programas sociales.
La ayuda a los mexicanos de la tercera edad, a los jóvenes, a madres solteras, le han garantizado una base de apoyo social que mantiene su popularidad por arriba de 50%.
El porcentaje es alto considerando que, en muchos de los municipios más pobres, en donde el Gobierno ha enfocado la dispersión de los recursos, la delincuencia organizada no ha encontrado resistencia.
El Presidente asegura tener otros datos referentes a los índices delictivos en todo el país, al crecimiento económico, a los resultados de su política de salud, a la inversión privada, nacional y foránea, pero las estadísticas generadas por las propias instituciones públicas lo contradicen.
En materia de salud, por ejemplo, el monstruo que sustituyó al Seguro Popular, el Insabi, fue un completo fracaso.
Ayer mismo, sin pasar por una modificación legal, la mayoría de sus funciones fueron trasladadas, vía decreto, al IMSS-Bienestar.
Un desastre fue también el reparto de medicamentos, como reconoció el director de Birmex, la paraestatal encargada de la distribución, lo que ha ocasionado un grave desabasto en la mayoría de los centros hospitalarios del país.
Eso padecen diariamente cientos de miles de pacientes, con seguridad social o sin ella, pero el Presidente tiene otros datos.
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El oficio político de Ricardo Monreal le permitió salir bien librado de lo que pareció una emboscada interna para defenestrarlo, y logró que fuera elegido su “gallo’’, Alejandro Armenta, como presidente de la Mesa Directiva del Senado.
Armenta compitió en contra de Higinio Martínez, luego de que declinaron a su favor Gabriel García y José Narro.
El resultado fue de 36 votos a favor de Armenta y 28 a favor de Martínez, que ni premio de consolación alcanzó pese a haberse disciplinado en el Estado de México.
Armenta ganó la votación interna de la bancada de Morena, pero la oposición no estuvo de acuerdo en el método de su nombramiento.
PAN, PRI, PRD y MC acusaron que Monreal no los tomó en cuenta para consensuar el nombramiento del poblano.
La primera votación para avalar la elección de Armenta y el resto de los senadores que integrarán la Mesa Directiva se anuló por diferencias en la interpretación de los votos en blanco.
Hasta el cierre de este espacio, no se había terminado la segunda votación; Armenta solo necesitaba 50% más un voto de los 122 legisladores presentes.
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Con su designación, Alejandro Armenta se convierte en candidato a la gubernatura de Puebla.
En la elección pasada, compitió en contra de Miguel Barbosa, quien perdió ante la panista Martha Erika Alonso, que solo pudo gobernar el estado por 10 días antes de su trágica muerte, el 24 de diciembre de 2018, en un accidente de helicóptero cuyas investigaciones han dejado más dudas que certezas.
Barbosa ganó la segunda elección, en un acuerdo con Armenta, que podría ser vital para la sucesión en 2024, si el gobernador y el senador hacen equipo en contra de Ignacio Mier, candidato del secretario de Gobernación Adán Augusto López.
LEG