El plantón de los secretarios de Seguridad, Defensa y Marina a los senadores de Morena dejó claro que el interés del Presidente no está en su programa de seguridad pública si no en la sucesión presidencial.

Quienes debieron haber acudido a la reunión plenaria de los morenistas para argumentar en favor de la reforma constitucional para que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, decidieron -seguramente no de mutuo propio- hacerle el vacío al grupo parlamentario del partido presidencial en represalia por las posiciones críticas de su coordinador, Ricardo Monreal.

Minutos antes de su presentación, pactada con semanas de anticipación, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Ciudadana, el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval y el de Marina, Rafael Ojeda, comunicaron a Monreal que no asistirían “porque los había llamado el Presidente’’.

Puede ser que, efectivamente, recibieran un llamado, pero para que no acudieran al Senado, porque ello hubiera enviado un mensaje de fortaleza hacia Monreal y lo que se pretendía era exactamente lo contrario.

Tan evidente fue, que el claudista César Cravioto, reclamó a Monreal por el vacío que hicieron los funcionarios, incluido Adán Augusto López, a la plenaria de los morenistas por la confrontación entre el zacatecano y López Obrador.

Cravioto, quien es el suplente de Martí Batres, siempre ha estado del lado radical y no tuvo empacho en gritar a los cuatro vientos que él estaba ahí para obedecer en todo, y repitió, en todo, al Presidente de la República.

Estas ausencias agravarán la crisis que se vive en la bancada desde que Monreal comenzó a tomar distancia de las decisiones de Palacio Nacional.
No ha sido, como puede comprobarse en las reformas aprobadas, un dique para los designios presidenciales, pero sí ha cuestionado las formas y los procedimientos.

El último round de Monreal con Palacio Nacional fue la crítica que hizo al decreto por el cual, sin pasar por el tamiz del Congreso, el Presidente quiso sumar a la Guardia Nacional al Ejército.
“Hasta un estudiante de primer semestre de derecho sabe que el trámite pasa por el Congreso’’, dijo entonces y ratificó ayer.

A estas horas ya nadie descarta que Monreal romperá con Morena, o al revés, aunque sólo falta precisar las fechas.

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El plantón de los funcionarios encargados de la seguridad en el país podría interpretarse como el mensaje que esperaba el ala radical de Morena para quitarle el control de la mesa directiva a Monreal.

Si los radicales suman los votos de los senadores temerosos de lo que pueda hacer el Presidente, seguramente la balanza se inclinará por José Narro, quien ha planteado “recuperar el Senado para que no sea usado como trampolín político de un personaje’’, en clara referencia a su paisano Monreal.

Al presidente de la Junta de Coordinación Política todavía le quedaban algunas horas para negociar con quienes lo ven como el origen de todos sus males.

Puede que el oficio político del zacatecano lo saque a flote, nuevamente, o que desde Palacio reciban la orden de frenarlo.

El punto medio sería elegir a Higinio Martínez, que sin tener la personalidad ni los votos necesarios podría ser una solución alterna.

Hoy se sabrá, con la elección del nuevo presidente de la Mesa Directiva del Senado, cuál será el destino inmediato de Monreal.

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El presidente irá a Zacatecas, estado tomado por el crimen organizado y gobernado -es un decir- por David Monreal, hermano de Ricardo.

¿Invitarán al senador o lo dejarán en la congeladora?

LEG