ABORTERÍA
Foto: Cuartoscuro / archivo / La Abortería se convirtió en el refugio y acompañamiento de cientos de mujeres que buscan practicarse un aborto seguro  

Ubicada en el municipio de Guadalupe, a unos cinco minutos de Monterrey, Nuevo León, La Abortería se convirtió en el refugio y acompañamiento de cientos de mujeres que buscan practicarse un aborto seguro.

Vanessa Jiménez y Sandra Cardona abrieron las puertas de su casa hace un año, y de brindar apoyo a dos o tres chicas, cada semana, la cifra se disparó a más de 70 tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos -en junio pasado- de anular la sentencia Roe vs. Wade, que garantizaba ese derecho en Texas.

En una entrevista con 24 HORAS, Vanessa -quien también es parte de la Red Necesito Abortar México– comenta que tras el boom por la resolución, actualmente atienden entre 20 y 30 mujeres por semana, tanto de nuestro país como de EU.

Ilustradora y diseñadora gráfica de profesión, afirma que su labor no es ilegal en México, aunque la interrupción del embarazo sí es un delito todavía en NL.

Es muy complicado, detalla, diferenciar médicamente entre un proceso espontáneo y uno inducido, por lo cual las carpetas de investigación no prosperan.

 

EL ORIGEN

Tras ser capacitadas por la colectiva Las libres de Guanajuato, Vanessa y Sandra -quienes son pareja- abrieron este espacio en el segundo piso de su casa: una recámara que incluye un baño, una televisión e internet. Allí, escuchan las dudas, los mitos, los miedos y brindan información para que el proceso se viva de manera digna y como un derecho.

Morirse, ir a la cárcel y quedar estéril son los tres grandes temores de ellas, señala, los cuales quedan atrás cuando se realiza la interrupción del embarazo de manera segura.

“Que no pasen este proceso con la sensación de estar cometiendo un delito”, comenta.

La Abortería nació sin pensarlo, recuerda Vanessa, cuando una joven se le acercó y le dijo que no quería tener a su bebé, pero no podía abortar pues vivía con sus papás y era imposible tener privacidad. “Le dije ‘vente a mi casa, tengo un cuarto extra y aquí te puedes quedar’ y así comenzó todo”.

Y EL ACOMPAÑAMIENTO

A diferencia de un servicio médico, abunda, el acompañamiento consiste en adaptarnos a las necesidades de ellas: desde mensajes de WhatsApp y llamadas telefónicas hasta acudir a nuestra casa, como lo decidan.

Agrega que trabajan con protocolos de atención públicos y emitidos por la Organización Mundial de la Salud y la Secretaría de Salud federal. El proceso para abortar dura cerca de 12 horas, tras ingerir un medicamento que el refugio les proporciona o que a veces ellas mismas adquieren.

“Hemos acompañado prácticamente todo el rango de edad de la etapa reproductiva: desde adolescentes hasta la mujer más adulta que tenía 44 años”, asegura Vannesa.

A un año de operación, La Abortería tiene estrecha colaboración con la Secretaría de Salud de Nuevo León, el hospital Materno Infantil y la Fiscalía estatal, instancias que comparten el contacto de Vanessa para casos que requieren de su apoyo.

CITA:

“Hemos acompañado a mujeres indígenas, migrantes(…) hasta mujeres que se autodenominan provida(…) de EU hemos acompañado a las típicamente americanas”

La satisfacción más grande es que en cada acompañamiento quien aborta se sabe, a partir de ese momento, agente de su propio destino y eso es lo más maravilloso”

Vanessa Jiménez
Creadora de La Abortería

EL ACOMPAÑAMIENTO

12 horas
aproximadamente dura el proceso de apoyo a mujeres en La Abortería, donde cuentan con una habitación, baño, tv e internet

A 5 minutos
de Monterrey está la casa de Vanessa y Sandra, quienes apoyan a mujeres a realizar abortos seguros, tanto de México como de EU

LEG