El escritor británico de origen indio, Salman Rushdie, fue agredido el pasado viernes mientras asistía a una conferencia en Chautauqua Institution, un centro cultural ubicado al oeste del estado de Nueva York. En las imágenes trágicas se aprecia a Rushdie, de 75 años, postrado en el piso y siendo atendido por los servicios de emergencia.

De acuerdo con el cuerpo policial, fue apuñalado en el cuello y abdomen luego de que uno de los asistentes irrumpió en el escenario, lo cual obligó su traslado inmediato al hospital. Rushdie nació en Mumbai (1947) en el seno de una acomodada familia musulmana; sin embargo, se alejó gradualmente de la religión hasta considerarse ateo.

Este atentado no constituyó un hecho aislado, se trató de una cruenta manifestación de odio y violencia. Recordemos que, en 1988, Rushdie publicó una obra titulada Los Versos Satánicos, haciendo referencia a un grupo de versículos del Corán, la cual causó enorme indignación entre la comunidad musulmana. Ello provocó que fuera condenado a muerte por blasfemia a través de un decreto religioso —la “fatwa”— expedido por el ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder religioso iraní; este mandato fue leído en la radio pública de Teherán el 14 de febrero de 1989.

Se ofreció una recompensa de más de tres millones de dólares a cualquiera que lo matase. En consecuencia, Rushdie vivió por años en las sombras pese a que el Gobierno de Reino Unido le otorgó protección. Cabe señalar que, en 2007, fue nombrado sir por la reina Isabel II —ello desató nuevamente el coraje de Irán, así como de Pakistán—.

El presunto culpable es Hadi Matar, un joven de 24 años habitante de Nueva Jersey. Su madre, Silvana Fardos, aseguró que tras un viaje que realizó a Líbano para visitar a su padre, Matar cambió radicalmente. La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, reprobó lo sucedido y afirmó que es importante que la gente se sienta libre de hablar y escribir. En tanto, el presidente Joe Biden compartió su sentir por medio de un comunicado oficial.

La historia de Rushdie y el éxito de sus textos lo han colocado como uno de los referentes más célebres del ámbito literario y artístico a nivel internacional. La lamentable agresión que sufrió es un reflejo de nuestros tiempos, en donde aún impera el temor a ser intimidado o silenciado por la manifestación de ideas.

El intercambio de perspectivas es un elemento clave de cualquier sociedad libre y abierta. No hay justificación en cómo de un lado del mundo se materializan ataques de odio, a la vez que del otro se normalizan los actos de violencia. Es momento de solidarizarnos con aquellos que diariamente defienden la libertad de expresión y arriesgan sus vidas en búsqueda de la verdad.

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

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