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Foto: AFP | Los cuerpos de rescate siguen enfrentando condiciones adversas que impiden su ingreso a la mina  

Los cuerpos de rescate siguen enfrentando condiciones adversas que impiden su ingreso a la mina ubicada en Sabinas, Coahuila, donde permanecen atrapados diez obreros desde hace ocho días, informaron este jueves autoridades, ante lo cual crece la desazón y angustia de los familiares.

“Encontraron que no tienen espacio para avanzar, tienen obstrucciones, hay madera”, dijo el secretario de Defensa, Luis Cresensio Sandoval, tras los cuatro descensos realizados el miércoles en uno de los pozos por donde se intenta acceder al socavón inundado.

No obstante, “se va a seguir con estas actividades, los buzos van a seguir haciendo intentos” para acceder, añadió el general en la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Cientos de militares y otros socorristas participan en la operación de rescate en la mina de carbón El Pinabete, en el poblado de Agujita (estado Coahuila, norte), donde el 3 de agosto una inundación dejó atrapados a 10 mineros. Otros cinco salieron con vida.

Desde ese día no se han recibido señales de vida de los trabajadores que permanecen en la mina.

Este jueves una bomba sumergible de 150 caballos de fuerza fue introducida por militares y personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el pozo 4 de la mina siniestrada, informó Protección Civil en Twitter.

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Periodistas de la AFP constataron los trabajos para sumergir la bomba, que puede extraer 100 litros de agua por segundo.

En las sumersiones del miércoles se intentó determinar si había condiciones para que buzos militares pudieran ingresar por el estrecho foso.

Pero “incluso con las luces que llevan para poder observar el interior (establecieron que) no tienen la visibilidad que requieren para hacer la identificación de lo que se encuentra”, insistió Sandoval.

López Obrador, quien supervisó los trabajos en el terreno el domingo pasado, reiteró este jueves su deseo de que los obreros sean evacuados pronto. “Lo que deseo con toda mi alma es que rescatemos a los 10 mineros”, sostuvo.

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La mina tiene 60 metros de profundidad, pero se desconoce a qué altura están los trabajadores.

Sandoval destacó, sin embargo, que el nivel del agua en los tres pozos por donde se busca sacar a los trabajadores sigue disminuyendo gracias a la extracción que se realiza con motobombas.

Uno de los socavones ya se encuentra en 4,9 metros, desde los 30 metros de agua que había un día después del accidente, aunque el nivel que se considera óptimo para el rescate es de 1,5 metros.

Pero tras ocho días de espera y del frustrado intento del miércoles, que tiró abajo el optimismo expresado inicialmente por las autoridades, la desilusión es palpable.

“Cada esperanza se nos va agotando porque ellos (autoridades) no nos dan información que nos dé esperanzas”, declaró a la AFP un voluntario de las operaciones de rescate que pidió mantenerse bajo anonimato.

Familiares y trabajadores son cada vez más reacios a conversar con la prensa, agobiados por la incertidumbre, pero también temerosos de que las autoridades les corten el acceso y la información sobre el rescate.
“Como hemos estado trabajando dentro, nos han mantenido callados. Desde un principio nos dijeron que no podíamos hablar con ninguno de la prensa porque iba a salir la fiscalía y nos iba a correr (sacar)”, agregó otro voluntario anónimo.

“Urgencia de entrar”

Por su parte, la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, confió en que este jueves el agua en el pozo 2 baje a niveles que permitan el ingreso.

“Lo estaremos evaluando en el transcurso del día. Tenemos que ser cuidadosos para no exponer a nadie”, agregó en la conferencia presidencial.

De lograrse ese objetivo, se iniciaría apenas la segunda etapa de la operación, en la que buzos deberán explorar las condiciones existentes para el rescate y la sustitución de las bombas de gran tamaño por otras más pequeñas, explicó Velázquez.

Ya en la tercera fase se procedería al ingreso de personal “para efectuar la búsqueda y rescate, la extracción de escombros y en su caso, el reforzamiento de la estabilidad de la mina”, añadió.

El siniestro se produjo cuando una cuadrilla trabajaba en la extracción de carbón y abrió un boquete en una mina contigua que estaba inundada, provocando que el agua se desbordara hacia el lugar donde maniobraban, según el gobierno.

Los accidentes mineros son frecuentes en Coahuila, principal productor de carbón de México.

El más grave ocurrió el 19 de febrero de 2006, cuando una explosión de gas en la mina Pasta de Conchos, controlada por el conglomerado Grupo México, provocó la muerte de 65 trabajadores. Solo dos cuerpos fueron rescatados.