Adrian Trejo
 

Delfina Gómez será nuevamente candidata al Gobierno del Estado de México porque así lo decidió el inquilino de Palacio Nacional.

Lo de las encuestas en un pizarrón hasta parece broma, pero es el “método’’ que el resto de los aspirantes tiene que aceptar, so pena de ser considerados traidores al movimiento.

La maestra Delfina, como se refiere a ella el presidente López Obrador, es quizá el rival que más le conviene a la alianza opositora por los negativos que arrastra y que, tras la oficialización de su “triunfo’’, atascaron las redes sociales.

A Gómez no se le recuerda, en su paso por la presidencia municipal de Texcoco, por alguna obra emblemática que marcara su administración, sino por el robo de 10% de los salarios de los más de 500 trabajadores municipales.

Sin que ellos lo autorizaran y por órdenes de la hoy candidata, les fue descontado ese dinero que a su vez fue entregado “para el movimiento’’ a quien era entonces el presidente de Morena en la entidad, Horacio Duarte.

La primera investigación sobre estos hechos la realizó el INE, pero fue el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; es decir, la última instancia, en comprobar los hechos que le fueron imputados, entre ellos el desvío de recursos de fondo de ahorro de los trabajadores del mismo municipio.

Aun así, hace cinco años fue la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, pues se explotó su imagen de “luchadora social’’, de venir “de abajo’’ y otras frases que volverán a ser recurrentes en los próximos meses.

Delfina perdió, pero fue hecha senadora y después secretaria de Educación en donde realizó un papel mediocre.

Su propuesta más importante, eliminar los grados escolares y los exámenes de evaluación de la educación básica, fue rechazada por un juez que concedió un amparo a una organización civil para que dicha medida no fuera aplicada.

Desde luego que las limitaciones de la maestra Delfina serán aprovechadas por quienes creen que pueden manipularla a su favor, comenzando por el propio Duarte y el senador Higinio Martínez, el más dolido por la designación de su pupila a un cargo que pensaba que él merecía.

La historia es pública y ampliamente conocida.

La oposición tendrá la oportunidad de capitalizar los negativos de la candidata de Morena, siempre y cuando su candidata no tenga los peros que ahora le comenzaron a recordar a la maestra.

A ver.

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A marchas forzadas más de un centenar de personas trabajaban ayer por la noche para rescatar con vida a los trabajadores que quedaron atrapados en una mina de carbón, en Sabinas, Coahuila.

La tragedia nos remontó, con sus salvedades, a lo ocurrido el 19 de febrero de 2006 en Pasta de Conchos, en el que perdieron la vida 63 trabajadores.

Hay sus notables diferencias, sobre todo en la profundidad en la que se encontraban los trabajadores cuando ocurrió el desastre.

El deseo de todo el país es que los trabajadores sean rescatados con vida y que los esfuerzos que se realizan desde los distintos niveles de Gobierno sean exitosos.

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Dos senadores compiten por la presidencia del Senado para el siguiente periodo ordinario: el poblano Alejandro Armenta y el zacatecano José Narro, quien ayer ofreció una conferencia para aclarar el tema de los dos escoltas que le fueron “prestados’’ y que se encuentran desaparecidos.

Armenta es un cercano de Ricardo Monreal, lo que en estos momentos no se sabe si es bueno, malo, o todo lo contrario.

LEG