Bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza dejaron este viernes al menos 15 muertos, entre ellos una niña y un dirigente de la organización Yihad Islámica, la cual respondió con disparos de cohetes desde el enclave palestino.

Israel llevó a cabo dos series de bombardeos, con pocas horas de diferencia. El ejército informó de que había matado a 15 combatientes de la Yihad Islámica en los ataques dirigidos principalmente contra sitios de fabricación de armas.

Por su parte, el ministerio de Sanidad de Gaza dio parte de 10 muertos, “incluida una niña de 5 años”, y 75 heridos.

El primer ministro israelí, Yair Lapid, indicó que la operación estaba dirigida “contra una amenaza inmediata”.

La Yihad Islámica, incluida en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), confirmó la muerte de uno de sus líderes, Tayseer al Jabari ‘Abu Mahmud’.

En Israel, las sirenas de alarma sonaron en varias localidades del sur cuando se dispararon los cohetes, pero no se reportaron víctimas ni daños, según el ejército, que informó que de los 70 proyectiles disparados desde Gaza, once cayeron dentro del enclave palestino bajo bloqueo israelí.

Los cohetes restantes fueron interceptados por el escudo antimisiles israelí o cayeron en zonas deshabitadas de Israel.

Por la noche, la Yihad Islámica anunció que su rama militar había disparado “más de 100 cohetes” contra Israel, como “respuesta inicial” a la ofensiva del Estado hebreo.

“Queremos vivir”

Los reporteros de la AFP observaron durante el día el traslado de heridos y la acción de los bomberos para apagar varios incendios. Numerosos habitantes acudían a las morgues.

“Esperamos que la situación no empeore, dijo Abdulá al Arayshi, un gazatí de 22 años. “Queremos vivir. Basta de guerras, de destrucción. Somos una generación que ha perdido su futuro”, agregó.

Centenares de personas participaron al anochecer en los funerales de Al Jabari.

Mientras, el padre de la pequeña Alaa Kaddum de cinco años también despedía a su hija, con un lazo rosa en el pelo y una herida en la frente.

“El enemigo sionista inició esta agresión y debe prepararse a que combatamos sin tregua”, declaró desde Teherán el secretario general de la Yihad Islámica a la televisión libanesa Al-Mayadeen.

El primer ministro Lapid acusó a la Yihad Islámica de ser una “fuerza de apuntalamiento de Irán que busca destruir al Estado de Israel y matar a israelíes inocentes”.

La Presidencia palestina, con sede en Ramala (Cisjordania ocupada), condenó “la agresión israelí”.

El enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, se dijo “profundamente preocupado”, alarmándose en un comunicado de prensa de una “escalada muy peligrosa”.

La ofensiva israelí se produjo tras la detención el lunes en Cisjordania ocupada de un líder de la Yihad islámica, Basem Saadi.

Las autoridades israelíes temían ataques de represalia desde Gaza, un territorio gobernado por el grupo islamista Hamás y con una fuerte presencia de la Yihad Islámica.

El ejército cerró el martes todos los pasos fronterizos, bloqueando la entrada de miles de gazatíes que tienen autorización de trabajo en Israel.

Israel impone desde 2007 un estricto bloqueo de la Franja de Gaza, un enclave de 362 km2 en el que viven 23 millones de habitantes, con altos niveles de desempleo y pobreza.

Los últimos bombardeos israelíes en la zona databan del 19 de febrero, cuando el ejército atacó una posición de Hamás, respondiendo a un disparo de cohete procedente del enclave.

El de este viernes es el peor enfrentamiento entre el Estado judío y las organizaciones armadas en Gaza desde la guerra de los once días de mayo de 2021, que dejó 260 muertos en el lado palestino, incluidos combatientes, y 14 muertos en Israel, incluido un soldado, según las autoridades locales.

LDAV