Las últimas estadísticas sobre inseguridad -directas en cuanto a delitos e indirectas por defunciones- confirman uno de los puntos clave que no se ha profundizado en sus razones sobre el colapso de la violencia criminal: el repunte de los homicidios y delitos graves comenzó en 2007, después de la gran decisión del presidente Calderón de declararle la guerra al narcotráfico y comenzar a perseguir delincuentes.

En años anteriores a este, la violencia criminal existía, pero con cifras de un tercio de las que se alcanzaron en el gran pico de inseguridad que comenzó en 2018. La identificación de las causas que permitieron el control de la seguridad hasta 2006 pudiera ayudar a entender los motivos del repunte escandaloso de la violencia delictiva.

La gráfica de defunciones por homicidio es muy reveladora: los asesinatos bajaron de 16 mil 500 en 1993, a casi 9 mil, en 2007, y de ahí repuntaron hasta el pico de 36 mil anuales en 2018-2021.

Estas cifras se dispararon en tiempos en que existieron estrategias, inversiones, uso de fuerzas armadas y prioridad política al tema de los homicidios que antes no había, pero éstos se brincaron cualquier tipo de obstáculo para cuadruplicarse.

Todos los análisis sobre la violencia e inseguridad se han basado en las cifras y las tendencias, pero no han explorado ni identificado los elementos que permitieron mantener bajo control a la delincuencia desde el cambio de élite política en 1982, con la llegada de los tecnócratas.

Los repuntes de los homicidios ocurrieron en la primera mitad del sexenio de Calderón y la segunda mitad de la administración de Peña Nieto, y la declinación ha iniciado en la segunda mitad de la administración de López Obrador.

La identificación de las razones que controlaron la violencia en el pasado pudiera ayudar a vencer la violencia que apenas está comenzando a disminuir de manera ligera.

 

Zona Zero

  • A mediados de 2020, se supo de la presencia activa del Cártel Jalisco Nueva Generación en la Ciudad de México y en las últimas semanas se está comprobando la presencia del Cártel de Sinaloa en la capital de la República. Desde 2000, comenzaron las alertas sobre la presencia de los cárteles del narcotráfico y del crimen organizado en CDMX, pero los gobernantes desdeñaron los primeros indicios y los grupos delictivos se asentaron sin problemas en las delegaciones capitalinas.

 

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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