Un México en paz, en el que la polarización haya terminado, exige que hagamos esfuerzos por entender al otro, por ponernos en su lugar. En un afán de predicar con el ejemplo, quiero dedicar esta columna a comprender a los esforzados colegas que, contra viento, marea y Chico Che, se empeñan en presentarnos al titular del Ejecutivo y su equipo como gente mega racional, sagaz y no como una corte de los milagros.

Es conmovedor, por ejemplo, lo de Jorge Zepeda ante el llamado a consultas. Como lo de Chico Che es difícil de justificar, salvo desde la óptica del monero de La Jornada, en una columna Jorge califica la ocurrencia de “expresión poco atinada de una intención legítima: mostrar que todo el asunto es menos grave de lo que plantean sus críticos”. “Poco atinada” … El intento de quitarle hierro al “mañanerazo” ya es doloroso; mientras lees, sientes cómo la prosa duele por la torsión.

Pero lo peor estaba por venir. La idea es que en realidad todo se trata de asuntos técnicos: el Presidente es muy sensato y lleva de forma serena las relaciones con los socios del T-MEC. Y entonces, ¡bum!: AMLO dice que le dará su respuesta a los gringos entre militares, el 16 de septiembre.

Así que Jorge tuvo que dar dos pasitos hacia los moneros y, en una segunda columna, explicarnos que siempre sí hay un problema con el imperialismo. Que en una de esas nos dan piso en las negociaciones y el Presidente tiene que rodearse del pueblo para enseñarle músculo a los enemigos de la patria, masiosare un extraño…

En la primera columna, Jorge dice que sus adversarios tienen una actitud de rechazo “histérico” hacia el Presidente. El Presidente, a su vez, habló de quienes critican el “chicochazo” como de “traidores a la patria”. No vio ahí señales de histeria. A ver si en la tercera columna.

Otros que “pasaron aceite” fueron mi estimado Alejandro Páez y Álvaro Delgado, que entrevistaron a nuestra cara más presentable en las negociaciones: Tatiana Clouthier. El problema fue que la secretaria, a la pregunta de si en las consultas pesaba más lo político que lo técnico, un pase a gol, empezó por hablar de un “cuete a la luna”, siguió con que “si tengo la intención de entenderte, entiendo el proceso aunque yo no vuele el avión”, añadió que “si yo de entrada lo que quiero decir es que el hombre no va a llegar a la Luna”… En fin. Muuuy raro. Las risas mutaron en una sonrisa crispada y quedamos todos con la sensación de que nos cargó el payaso.

No, no es fácil defender al Presidente. Empatía, carajo.

 

  @juliopatan09