El clima de violencia generalizada ha penetrado con fuerza en la vida de millones de individuos. Gradualmente, se ha transformado en un fenómeno socialmente normalizado. No es casualidad que los encabezados de los periódicos ya no causen asombro al tratarse de asesinatos, robos, extorsiones, desapariciones, feminicidios y otros crímenes. Tan sólo del lunes 18 al viernes 22 de julio, se reportaron 351 víctimas por homicidio doloso en nuestro país; Baja California, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Veracruz son las entidades federativas con mayor incidencia delictiva.

Cabe resaltar que, durante junio, 67.4% de los mexicanos se sintió inseguro en la ciudad en la cual reside y son las mujeres quienes se perciben más vulnerables; así lo reveló la última edición de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el Inegi.

Los habitantes de Fresnillo, Zacatecas y Ciudad Obregón son los que experimentan una mayor sensación de inseguridad; al tiempo que de los de San Pedro Garza García, Benito Juárez y Tampico, la menor.

La violencia se ha adherido de tal forma en la cotidianidad que ahora el transporte público, las calles, los cajeros automáticos y las carreteras son detectados como lugares de alto riesgo.

El problema no se agota en este ámbito. El terreno económico también ha sido objeto de múltiples preocupaciones en los meses recientes. Quizá el asunto más alarmante sea el aumento sostenido de los precios a nivel global.

En la primera quincena de julio, la inflación general anual en México se ubicó en 8.16%, lo que impacta a los hogares de menores recursos —el costo de su canasta de consumo se incrementó 10.30%—. Los bienes que mostraron una alza relevante fueron el aguacate, la papa, el pollo, el huevo, el gas natural y la electricidad. En consecuencia, se espera que el próximo 11 de agosto el Banco de México suba nuevamente la tasa de interés.

Este escenario inflacionario ha inyectado tensión e incertidumbre en los mercados, lo cual ha conducido a los analistas a modificar sus pronósticos. Banxico informó que el sector privado elevó a 1.77% su previsión de crecimiento del PIB nacional para este año. El comportamiento del consumo, un saldo razonable de la balanza comercial y la apreciación del peso respecto a otras divisas contribuyeron a este ajuste.

Sin embargo, existen dos variables que podrían alterar el curso de las proyecciones: el peligro de recesión en Estados Unidos y la posible integración de un panel de solución de controversias al amparo del T-MEC.

Adicionalmente, el mundo continúa resistiendo las olas de Covid-19 y la aparición de nuevas variantes. No sólo eso… El fin de semana la OMS declaró el brote de viruela símica como emergencia de salud internacional después de que se registraron más de 16 mil casos en más de 75 países.

Sin duda, 2022 trascenderá en la memoria colectiva como un año colmado de retos. De nosotros depende que no se convierta en un año de esfuerzos perdidos; de lo contrario quedaremos envueltos y asfixiados en nuestros propios desafíos.

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

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