Tres integrantes del “Grupo Texcoco’’ y un colado serán los finalistas de Morena en la competencia -es un decir- por la candidatura a la gubernatura del Estado de México.

Delfina Gómez, Horacio Duarte, Higinio Martínez (padre político de los dos primeros) más Fernando Vilchis, de Ecatepec, son los suertudos que competirán en una de esas encuestas que nadie conoce para competirle a la alianza de la oposición.

Ya todo apunta que será la actual titular de la Secretaría de Educación Pública la que ganará “la encuesta’’, y no tanto por sus dotes de política sino porque todo el aparato gubernamental está trabajando para ella.

Además, será una cuestión de género pues por ley, Morena debe postular a un hombre y una mujer para competir por las dos gubernaturas que estarán en juego el próximo año, que son el Estado de México y Coahuila.

Y como en el estado norteño no tienen candidatas -ya hasta se dice que la candidatura le pertenece a Ricardo Mejía Berdeja, quien en los ratos libres que le deja su precampaña trabaja de subsecretario de Seguridad Pública-, aunque hay otros, como el senador Armando Guadiana, que como que quieren mover la patita.
Gómez será candidata; lo saben todos en Morena.

Y de alguna manera, pese a las encuestas triunfalistas del partido guinda, la secretaria de la SEP le conviene más a la alianza opositora como la rival a vencer por los negativos que trae.

No se trata solo de su inocuo papel al frente de la SEP, sino del asunto del cobro ilegal del diezmo a los empleados de Texcoco cuando ella fue presidenta municipal.

Esa marca la ha perseguido por donde va y, pese a que el dinero fue entregado en su momento a Horacio Duarte, actual titular de Aduanas, Delfina Gómez ha debido tragarse ese sapo sola.

Higinio Martínez, senador, ha montado una campaña reclamando derecho de antigüedad para hacerse de la candidatura, pero su cercanía con Ricardo Monreal parece que también le pasará factura.

Como sea, la elección se pondrá interesante: por un lado, el Grupo Texcoco vs. el Grupo Atlacomulco -o lo que queda de él- por el control de un estado vital para el futuro político del país por el número de votos que aporta a una elección presidencial.

Haga sus apuestas.

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¿Qué hace Ricardo Sheffield presentando un ¿quién es quién? en los salarios, poniendo en riesgo a los “denunciados’’?

Complaciendo al Presidente, desde luego.

Pero no deja de ser lastimoso que en una etapa económica con la que atraviesa el país, con la inflación desbordada, con tasas de interés disparadas, el procurador Federal del Consumidor se dé tiempo de “exhibir’’ a funcionarios de organismo autónomos; es decir, que no dependen del Ejecutivo, como si fueran delincuentes.

Además, la mayoría de los funcionarios que fueron presentados como voraces neoliberales, tienen un amparo que les permite seguir cobrando el salario que tenían antes de que se aprobara esa populachera ley.

Es decir, que el Poder Judicial encontró una justificación legal para mantener el salario como estaba; es decir, que es constitucional.

Como está el asunto Sheffield, el mil usos, no tarda en dar el clima, el tipo de cambio y reportar los borrachazos ocurridos la noche anterior.

Uff.

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El canciller Marcelo Ebrard hizo un llamado “a defender…’’ ¡al presidente López Obrador! contra los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá por el desacuerdo con la política energética nacional en el marco del T-MEC.

¿Qué necesidad, Marcelo, qué necesidad?