ZEFERINO
Foto: Especial / El joven jugó futbol americano durante diez años, estudiaba arquitectura y era aficionado a los autos  

Hace cinco años que a Zeferino Domínguez le fue arrancada su tranquilidad; su hijo, Zeferino -estudiante y jugador del equipo Bucaneros-, fue secuestrado y asesinado en Naucalpan, Estado de México, y hasta ahora, el caso no solo sigue sin resolverse, sino que tres de los presuntos responsables están a punto de salir de prisión.

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El 15 de junio pasado, la defensa de los acusados pidió la modificación de las medidas cautelares respaldándose en una jurisprudencia que les fue concedida por un juez, con lo que continuarán el proceso desde sus casa, con el uso de un brazalete de seguridad, señaló Zeferino Domínguez, aseguró el padre de la víctima en una entrevista con 24 HORAS.

“El brazalete es muy fácil de retirar, es de plástico(…) Saber que el resto de mi vida me la voy a pasar en una cárcel, a vivir prófugo, pues vivo prófugo”, dijo.

Desde el 24 de marzo de 2020, Zefe ha estado en espera de una nueva fecha de juicio oral, pues se pospuso por la pandemia de Covid-19; atemorizado por lo que pueda pasarle a él o a su familia, el padre interpuso un amparo en el que reclamó la realización de audiencia; sin embargo, aún no ha tenido respuesta.

“En su casa tendrán acceso a celulares, a que los visiten. Estamos hablando de criminales(…) Los únicos responsables serían ellos, si me llegara a suceder algo a mí o a alguien de mi familia”, declaró.

Domínguez prevé que a largo plazo la jurisprudencia a la que se apegaron los posibles responsables del secuestro y asesinato de su hijo se convierta en un recurso problemático que se use frecuentemente por delincuentes de alto impacto.

“¿Y si los jueces empiezan a tomar el mismo criterio mañana? Van a estar prófugos feminicidas, homicidas, secuestradores. ¿Existirá la capacidad de volverlos a capturar”, cuestionó.

Engañado acudió a la cita con sus captores

El 27 de junio de 2017, el joven de 19 años acudió con engaños a la plaza comercial La Cúspide, en Lomas Verdes, donde presuntamente le tomarían fotografías a su automóvil deportivo para llevarlo a una exhibición.

Sin embargo, fue privado de su libertad por un grupo de sujetos y, a cambio de soltarlo, pidieron tres millones de pesos, que no se entregaron porque fue asesinado ese día; su cuerpo fue localizado 24 horas después en el paraje El Cristo, en San Mateo, y trasladado al Semefo de Barrientos; un mes después lo enviaron a la fosa común el 21 de julio, donde lo encontró su padre.

Esta información fue del conocimiento de Zeferino Dominguez hasta octubre, en tanto, tenía esperanza de que su hijo siguiera con vida, esa fue la razón que lo detuvo para no suicidarse.

En tres meses no salió de su casa; incluso no quería ducharse, por si el teléfono sonaba.

“Para mí fue un golpe muy fuerte(…) aún no lo logro superar, lo he seguido trabajando, pero estoy tranquilo, porque mi hijo y yo, no nos quedamos a deber nada”, contó.

CITA:

Suena mi teléfono y era mi hijo, contesto y: ‘Aquí tengo a tu hijo y somos de la Unión Tepito’ y que quién sabe qué. Y ahí es cuando me sentí morir”
Zeferino Domínguez
padre de Zefi

LAS DETENCIONES

24 de octubre de 2017. Detienen a Erik N, autor material del homicidio, quien confesó que Mauricio N ordenó el secuestro; el asesinato se dio en el paraje de Cristo, en Naucalpan, porque Zefe los reconoció.

12 de diciembre de 2017. Caen Mauricio N, autor intelectual del crimen; Rodolfo y Víctor Manuel N, cómplices. El 28 de abril de 2018 aprehenden a Paola N, otra implicada.

15 de junio de 2022. Modifican las medidas cautelares de Rodolfo, Víctor y Erik: pasan de prisión preventiva a domiciliaria, tras más de dos años sin concretarse el juicio oral.

Alegan violación al debido proceso

El pasado 15 de junio, un juez con residencia en Almoloya de Juárez otorgó a tres de los cinco detenidos por el secuestro y asesinato de Zeferino Domíngez: Érick, Víctor y Rodolfo el beneficio de seguir su proceso en libertad con un brazalete electrónico y dejar el Cefereso 18 de Torreon, Coahuila, y Santiaguito, en Almoloya de Juárez, donde están recluídos.

Su defensa argumentó violación a sus derechos, luego de que no recibieran sentencia tras 4.5 años en un penal, cuando la ley establece que nadie puede permanecer más de dos años en prisión sin ser sentenciados.
Paola y Mauricio, los otros dos supuestos implicados, permanecerán en prisión, luego de que a ellos se les negara la posibilidad de seguir su proceso en prisión domiciliaria.

LEG