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Foto: Gabriela Esquivel / En diversas iglesias del país, se oró por los sacerdotes jesuitas asesinados y se pidió un alto a la violencia  

Integrantes de la Compañía de Jesús llevaron a cabo una Jornada de Oración por la Paz para exigir al Gobierno federal frenar la inseguridad en el país.

Los jesuitas y otros grupos de religiosos se reunieron ayer en la Estela de la Luz, en la Ciudad de México, para pedir justicia por el asesinato de los sacerdotes, Javier Campos y Joaquín Mora, en Cerocahui, Chihuahua.

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Víctor Sánchez Espinosa, presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica del Episcopado Mexicano, señaló que el país vive episodios de violencia complejos y que “brotan por todos lados”.

La Jornada de Oración por la Paz se llevó a cabo en otros ocho estados del país, como Oaxaca, San Luis Potosí, Puebla y Yucatán, entre otros.

A su vez, desde la Basílica de Guadalupe, el monseñor Andrés García Jasso indicó que el país está “enfermo” y es responsabilidad de toda la sociedad frenar la violencia.

“Siempre está la tentación de responsabilizar a terceras personas y no asumir nuestra propia responsabilidad como ciudadanos, como sociedad, como Iglesia”, indicó.

Por otra parte, obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro, aseguró que “México está herido y moribundo” a causa de la violencia, la muerte y la impunidad en la que se mueve el crimen organizado.

“El crimen organizado se ha apoderado de las calles, de las colonias de pueblos enteros; de caminos, carreteras, vivimos con miedo”, acotó.

En tanto, el arzobispo de San Luis Potosí, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, aseveró que “existe el caso del buen ladrón en la cruz, es un ejemplo muy claro de que Dios está siempre dispuesto a perdonar, está siempre dispuesto a renovar esa alegría de su amor en todos; es un llamado que hacemos en esta oración, pedimos porque seamos portadores de esta paz, pero también pedimos por la conversión de aquellos que provocan esta violencia”.

En la editorial Desde la Fe, la Iglesia católica resaltó que “estará pidiendo a Dios por las víctimas de la violencia, así como por nuestros gobernantes, nuestros pastores y a todos quienes habitamos este hermoso país, incluidos quienes hacen el mal, a fin de que se conviertan al señor”.

Señaló que las jornadas de oración por la paz concluirán el 31 de julio, con la petición de la “conversión de los victimarios o las personas que se dedican a hacer el mal”.

 

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