El 23 y 24 de junio se llevó a cabo una reunión del Consejo Europeo, institución integrada por las jefas y jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países que conforman la Unión Europea (UE), por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y por el presidente del propio Consejo, cargo ocupado actualmente por Charles Michel.

El tema central fue la ampliación del bloque regional. Uno de los principales resultados, que por cierto llenó de júbilo a la comunidad internacional, fue la decisión de otorgarle a Ucrania y a Moldavia el estatus de países candidatos a la adhesión. Esto significa, al menos en la teoría, que dichos Estados tienen la capacidad de cumplir con los famosos criterios de Copenhague, esto es, tener instituciones que garanticen la democracia, el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales y la protección a las minorías; contar con una economía de libre mercado; y tener la capacidad de incorporar a su derecho interno y poner en práctica toda la legislación de la Unión.

Sin embargo, esto es tan sólo el inicio de un largo proceso, pues ahora, si los 27 Estados miembros están de acuerdo, iniciarán las negociaciones con ambos Estados para corroborar que efectivamente han adoptado la legislación europea y han iniciado las reformas internas necesarias para garantizar su debida observancia. Esta es, sin duda, la parte más compleja del proceso, pues implica la revisión puntual de acciones concretas en 35 temas o ámbitos políticos, razón por la cual puede tardar años en concluir.

Si todo resulta favorable y se atienden cabalmente las recomendaciones que se realicen durante las negociaciones, se elabora un tratado de adhesión que deberá ser aprobado por las instituciones comunitarias, y firmado y ratificado por el país candidato y por los gobiernos de los 27 Estados miembros de conformidad con su respectivo proceso constitucional. Solo como referencia, Turquía es país candidato desde 1999, Montenegro desde 2011, Serbia desde 2012 y Albania desde 2014 y ninguno ha logrado concluir la etapa de negociación.

Desde mi punto de vista, otorgarle a Ucrania el estatus de país candidato responde exclusivamente a la coyuntura, caracterizada por la agresión de Rusia a este país de Europa oriental. En el fondo, las y los líderes de la UE esperan que esta decisión, que se tomó de manera precipitada si se le compara con otros casos, sea un catalizador para que termine el conflicto; sin embargo, el presidente Vladímir Putin señaló que Ucrania tiene todo el derecho de ingresar a la Unión, lo que significa que este hecho no alterará el curso de la acción bélica y, por ende, es altamente probable que, al menos durante algunos años, quede en el olvido.

Dejando de lado el tema de la ampliación, es importante señalar que durante la reunión del Consejo también se hizo alusión a otros temas importantes que, por cuestión de espacio, me permitiré enlistar solamente: acciones para garantizar el suministro de energía a precios asequibles; el apoyo a Ucrania en términos económicos, militares, sociales y financieros; las acciones recientes de Turquía que violan el Derecho Internacional; y la aprobación para que Croacia adopte el euro en 2023. En conclusión, la UE tiene mucho por hacer.

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