Una balacera en el área de comida de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que costó la vida a tres agentes de la Policía Federal fue la noticia con la que se despertó el país hace diez años, la investigación oficial editó videos para que una disputa entre dos grupos de policías por el tráfico de droga en la terminal se presentara como un operativo para detener a elementos corruptos en flagrancia.

Los funcionarios federales que, con información manipulada presentaron ese hecho como un logro en el combate al tráfico de enervantes en el aeropuerto, hoy están detenidos y enfrentan procesos por sus vínculos con el crimen organizado: Luis Cárdenas Palomino y Genaro García Luna.

Tras la confusión inicial de ese lunes 25 de junio, Cárdenas Palomino, entonces titular de la División Regional de Seguridad de la Policía Federal, informó de un supuesto operativo policiaco para detener a policías federales inmiscuidos en una red de tráfico de drogas provenientes de América del Sur. Mentía.

Una investigación periodística reveló dos años después videos en los que se da cuenta de que no fue un enfrentamiento a tiros, sino dos los que protagonizaron los elementos policiacos y que no hubo ningún operativo.

Si acaso, un hecho planeado que ni siquiera inmutó a dos elementos de la Policía Federal que, en lugar de reaccionar a los disparos, reportaban por teléfono lo que sucedía mientras buscaban la manera de ocultarse de las cámaras de seguridad del aeropuerto.

Esas imágenes fueron ocultadas por Cárdenas Palomino, subalterno y hombre de confianza de García Luna, secretario de Seguridad Pública, y en su lugar presentó videos editados que, de haberse hecho públicos en ese momento, derribaban la versión oficial.

Diez años después, el entonces jefe de la División Regional de Seguridad de la Policía Federal se encuentra recluido en el Penal del Altiplano, en el Estado de México.

En diez días, el 5 de julio, se cumplirán tres años de que la Fiscalía General de la República (FGR) lograra su detención en una exclusiva zona residencial del municipio de Naucalpan, colindante con la Ciudad de México.

Sin embargo, los delitos por los cuales se le detuvo a Cárdenas Palomino nada tienen que ver con las omisiones que hizo por aquella balacera al interior del AICM.

El que fuera uno de los hombres poderosos en materia de seguridad, junto con García Luna, en el sexenio de Felipe Calderón, fue detenido por ordenar la tortura de cuatro personas en 2012 para que se auto incriminaran en el caso de los hermanos Mario e Israel Vallarta, a la postre sentenciados por pertenecer a la banda de secuestradores conocida como “los zodiaco”.

En julio de 2020, Cárdenas Palomino junto con Ramón Pequeño García, también alto mando de seguridad pública en el sexenio de Calderón, fueron acusados en una corte federal en Nueva York de tres cargos de conspirar para traficar cocaína hacia Estados Unidos en colaboración con el Cártel de Sinaloa.

En tanto, García Luna, superior de Cárdenas Palomino y quien le habría ordenado ocultar los videos de la balacera en el AICM hace diez años, fue detenido el 9 de diciembre de 2019 en Texas.

Actualmente se encuentra preso en Nueva York a la espera de su juicio que está programado para octubre próximo y en el que enfrentará cinco cargos: conspiración internacional para distribuir internacionalmente cocaína; conspiración para distribuir y poseer premeditadamente cocaína; conspiración para importar cocaína; declaraciones falsas ante agentes del Servicio de Aduanas e Inmigración estadounidenses y el más reciente, tras revelarse comunicaciones en las que supuestamente habría amenazado y dado dinero a medios de comunicación e intentado asesinar a un testigo en su contra.

Además, la semana pasada la Fiscalía General de la República (FGR) informó que logró tres órdenes de aprehensión contra García Luna.

Una, por uso indebido de atribuciones y asociación delictuosa, otra por enriquecimiento ilícito y la última por introducción ilegal de armamento al país, esto como resultado de la fracasada operación Rápido y Furioso con la que se intentó trazar la ruta que seguía un cargamento de armas desde la frontera norte.