Los sectores sociales y políticos que padecieron y siguen padeciendo la represión institucional para impedir la instauración de una verdadera democracia no han entendido el mensaje de la realidad: los militares recibieron órdenes directas de los civiles del régimen priista, pero el PRI está construyendo su regreso al poder sin entregar cuentas históricas de su pasado autoritario.

En el ajuste de cuentas que debe llegar con todo proceso de reconciliación, también tiene que aclararse el papel de los sectores radicales que tomaron las armas como respuesta a la represión y orientaron sus objetivos al derrocamiento revolucionario y no democrático del Gobierno institucional y se encontraron con la respuesta de fuerza del Estado.

El tránsito mexicano hacia una etapa no autoritaria demostró que el camino pudo ser el de la movilización política y las conquistas legales, no la guerra armada declarada contra el Estado y sus instituciones. Con todo y sus mecanismos de negativa a la democratización, hubo sectores que iniciaron desde 1951 la lucha pacífica y consiguieron avances que concluyeron en 2000, con la derrota presidencial del Estado autoritario priista, aunque -y con todas las evidencias a la vista- esa sociedad votó por el regreso del Estado autoritario priista en 2012.

Los mandos militares y el propio presidente López Obrador aclararon en la ceremonia del miércoles que los responsables de las decisiones de uso de la fuerza para reprimir las demandas democratizadoras de la sociedad fueron civiles del Estado priista, justamente del PRI que ha venido aumentando el voto social sin acordarse de la responsabilidad del régimen priista en la represión autoritaria.

 

Zona Zero

  • Los asesinatos circunstanciales de dos sacerdotes jesuitas deberían llevar a un replanteamiento parcial de la estrategia de seguridad por la multiplicación de bandas delictivas, articuladas o no, a los grandes cárteles del crimen organizado. En materia de seguridad funciona el modelo de la economía suma cero: no hay vacíos de poder, porque el espacio abandonado por un grupo es copado de manera inmediata por otro. Y ahí es en donde ha fallado la estrategia de seguridad para ocupar el espacio de regulación de la tranquilidad social por la vía de la autoridad armada.

 

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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