AIFA
Foto: Gabriela Esquivel / En los pasillos del AIFA no se vive la misma cotidianidad que en el AICM, pese a haber sido inaugurada en tiempo y forma  

Tres meses han pasado desde que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) inició operaciones y de las 120 operaciones diarias que necesita para tener un equilibrio en sus finanzas, ha conseguido mantenerse con 12 nacionales al día y cuatro internacionales al mes con un único destino: Caracas.

El tránsito de pasajeros es tan poco que, en el caso de los módulos de atención de la aerolínea venezolana Conviasa, algunas de sus básculas lucen todavía el plástico de fábrica que las protege al transportarlas.

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La presencia de usuarios, a diferencia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que luce repleto la mayor parte del día, va de acuerdo a los horarios de salida y llegada de cada uno de los vuelos que ofertan las tres empresas que hasta el momento dan servicio. Por momentos el lugar luce prácticamente vacío hasta que comienzan a llegar pasajeros que saldrán o empiezan a arribar los que aterrizaron.

En cuanto a la conectividad para llegar o salir del aeródromo, aún continúan los trabajos de modernización de la autopista México-Pachuca, emprendidas para mejorar la conectividad hacia esta terminal aérea.

Entre las obras concluidas y que el 21 de marzo, fecha de la inauguración, aún no lo estaban, se encuentra el muro de contención a la altura de Ojo de Agua, y el balizamiento de la cinta asfáltica.

Sin embargo, al pasar este punto hasta el jueves pasado, aún se trabajaba en algunas juntas constructivas de la autopista, lo que ocasionó una reducción de carriles hasta dejar uno solo en dirección al AIFA.

Este punto, ubicado en el kilómetro 32+770, fue el que más contribuyó para que el trayecto en automóvil, partiendo de la esquina de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo, fuera en una hora con 20 minutos hasta el nuevo aeropuerto.

Uno de los aspectos que más se ha cuestionado respecto al AIFA es la conectividad desde y hacia el Valle de México. El Gobierno de Estado de México logró poner en operación la ampliación de la Línea I del Mexibús, no así la de la Línea IV.

También está pendiente la conclusión de un ramal del Tren Suburbano, cuya construcción compartieron por tramos la SICT y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Lo que quedó bajo responsabilidad de los militares está terminado e incluye la estación terminal en el aeropuerto y 4.5 kilómetros de 19 que recorrerá hasta la estación Lechería.

Aunque ha sido poco promocionado, el AIFA cuenta también con una estación de autobuses foráneos en la que operan diez empresas y brindan servicios directos, punto a punto, desde ciudades como Poza Rica y Tuxpan en Veracruz; Tampico, en Tamaulipas; o Huauchinango, Puebla, entre otros.

Además de este transporte, en la terminal también operan cuatro compañías de taxis, aunque reconocieron que por la poca cantidad de gente que ocupa el AIFA, solo prestan el servicio con vehículos tipo sedán, en la que transportan a cuatro pasajeros.

En el área de mostradores de las aerolíneas ya hay cajeros automáticos de tres bancos distintos, además de una oficina de Telecom.

En la planta baja está abierta una farmacia, un Starbucks y una casa de cambio.
En la zona de abordaje y duty free no fue posible constatar la operación de comercios de comida o más negocios.

Continúan las demoras en vuelos del AICM

Por: Valeria Chaparro

Usuarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) reportaron demoras de hasta seis horas en los vuelos, sobre todo en los nacionales. Señalaron como causa su saturación.

Verónica Grajeda, usuaria frecuente del AICM relató que el miércoles pasado volaría a Tijuana mediante la aerolínea Volaris y le informaron que su vuelo estaba retrasado. “Tuve que esperar por una hora y media, como compensación le ofrecieron un vale de 100 pesos”.

Por su parte, Jessica Cruz declaró que en días pasados llegó al AICM para viajar a Cancún en la empresa Viva Aerobus, pero el vuelo se retrasó seis horas. “La aerolínea nos dio un bono de 200 pesos para cenar mientras esperábamos” detalló.

En tanto, Michelle García informó que el lunes de la semana pasada, su vuelo se demoró tres horas, aunque ese no fue el único inconveniente. “Se fue el sistema y no había documentación, ni se podía hacer check-in. El aeropuerto estaba vuelto loco”.

Lizeth Sandoval relató que organizó su día para llegar sin contratiempos a su vuelo con rumbo a Huatulco, que debía salir a las 8:40 de la mañana. “Salimos después de las diez. El piloto dijo que fue porque estaba saturado el aeropuerto y había filas para despegar”.
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