Se llenó la boca de mentiras. Frente a todos aseguró que sería un beneficio nunca antes visto para los trabajadores, que era una reforma bondadosa, pero evidentemente fue puro cuento. “Probablemente es la reforma más importante de este Gobierno hasta este momento en materia laboral, sin duda, porque tendrá un impacto general en toda la población, en la clase trabajadora, en la política económica, laboral y social de este país”, esas fueron parte de sus palabras.

Napillo fue el principal impulsor de la reforma laboral. Él que debía defender a los mineros hizo exactamente lo contrario: promovió la reducción y tope del reparto de utilidades, un derecho que tenemos los trabajadores desde hace 60 años.

El reparto de utilidades se estableció en la Constitución en 1962, pero eso no importó, la bancada de Morena encabezada por Napillo y el Partido del Trabajo, pasaron por encima de nuestra Carta Magna al desconocer con toda intención el artículo 123 fracción IX, donde se establece que una Comisión conformada por patrones, trabajadores y Gobierno fijarán el porcentaje a repartir de utilidades. La última vez se acordó que sería del 10% de las ganancias de las empresas.

Pues no, Napillo y Morena decidieron que la Constitución no valía y votaron por acabar con 10%, a cambio, redujeron y toparon a tres meses este derecho, sin importarles que significará una disminución de 80% de estos recursos para los trabajadores.

Hoy Napillo sigue sin decir la verdad, se hace el que no hizo nada y por más absurdo que parezca está exigiendo a las empresas, a golpe de paros y huelgas, que les den las utilidades completas, sí, las mismas que él quitó, él como senador acribilló la economía de los trabajadores mineros y ahora culpa a los patrones de mutilarlas.

Napillo podrá inculpar a quien quiera de lo que hace, pero seamos claros, el enemigo lo tenemos en casa los trabajadores y patrones. Acostumbra a salirse con la suya poniendo en riesgo el empleo y la estabilidad laboral de las familias mineras, basta recordar las huelgas eternas que mantuvo por capricho y a modo en Cananea, Sonora, Sombrerete, Zacatecas y Taxco, Guerrero.

Las empresas se están apegando a lo que dice la reforma que Napillo impulsó, están otorgando los tres meses de salario; sin embargo, no se están librando del descontento generalizado de los trabajadores mineros. Napillo está atentando contra la paz laboral.

Por otro lado, siguen engañando a los trabajadores haciéndoles creer que mediante convenios las empresas están entregando las utilidades con base en el esquema anterior, pero no les dicen que las condicionan a conceptos como puntualidad y cuotas de productividad, cuando este es un derecho directo, sin restricciones.

Napillo sinvergüenza, como presidente de la Comisión de Trabajo del Senado de la República, impulsó esta reforma. Sigue dañando a los mineros, mintiendo, demostrando que es un impostor, que no es minero, que no le importan sus agremiados y mucho menos sus familias. Ahora se hace víctima y héroe haciéndoles creer que lucha por recuperar un derecho que él mismo les quitó.

Sé de lo que hablo, yo me opuse como diputado federal a esta reforma en tribuna, en medios de comunicación, en todos lados, defendí a los mineros, al gremio completo, advertí del daño que ocasionaba la reforma. Hoy seguimos con la defensa de las utilidades mediante amparos y de la mano de la Constitución, porque nadie por más influencias e impunidad que tenga, puede pisotear los derechos laborales y estar por encima de la ley.

 

   @CarlosPavonC