Adrian Trejo

El canciller Marcelo Ebrard ha comenzado su campaña en pos de la candidatura presidencial de Morena con auditorios más selectos, a diferencia de su competencia acostumbrada a la plaza pública.

Ebrard se ha reunido con los mandos del Colegio Militar, ayer con los dirigentes del Comité Olímpico Mexicano y en los días por venir tendrá reuniones igualmente con académicos y empresarios.

Grupos pequeños, de enfoque, que le den proyección más allá de sus responsabilidades como secretario de Relaciones Exteriores.

Su fuerte no es la plaza pública, los grandes acarreos, porque no está acostumbrado a ellos.

En eso Claudia Sheinbaum y Adán Agusto López le llevan una ventaja, que se duplica cuando ambas corcholatas replican sin más crítica ni cuestionamientos los dichos del presidente López Obrador.

Ebrard tiene un discurso distinto porque su formación y su visión de país son distintos, pero las circunstancias lo han obligado a contenerse y aún a aceptar públicamente situaciones con las que no está de acuerdo.

Pero no es tiempo de romper con el discurso de la 4T.

El canciller conoce bien cuál es la opinión que se tiene del Gobierno -y del país- en el extranjero y no debe de agradarle.

Por muy diplomáticos que sean sus interlocutores, siempre hay tiempo para que se dé un baño de pueblo cuando sale del país.

Ebrard fue uno de los políticos más brillantes de su generación; es un funcionario preparado al que ninguno de sus compañeros de gabinete supera; ninguno.

Esa es su fortaleza, pero también su debilidad pues en Morena, los “puros’’ o quienes se sienten así por haber mudado del PRD al partido guinda con López Obrador opinan que Ebrard “es un advenedizo’’.

No lo es y López Obrador lo sabe, a contrapelo de lo que opinan las corcholatas rivales y sus grupos, que ya comenzaron a descararse.

Ebrard le hizo un gran favor a López Obrador aceptando que el hoy Presidente fuera candidato presidencial por el PRD en el 2012, cuando el canciller tenía mejor imagen pública.

El funcionario es bien visto por los sectores moderados de Morena y una parte de la sociedad harta de los radicalismos del Gobierno y de sus corcholatas preferidas.
Para el funcionario, es una buena y una mala noticia.

Él lo sabe.

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La alianza Va por México prepara una campaña de información con la que pretenden contrarrestar las acusaciones de Morena y funcionarios de Gobierno en su contra.

Digamos que se tratará de una contracampaña.

El primero en abrir fuego fue el panista Marko Cortés quien en un spot exhibe las diferencias entre la propuesta de reforma eléctrica de López Obrador con la del PAN, que se decanta por las energías limpias.

El tema ya es viejo; la reforma eléctrica propuesta por el Presidente fue bateada por la oposición, pero al parecer Cortés o sus publicistas no encontraron otro asunto mejor que ese para el primer spot.

A ver cómo vienen los otros, porque si son iguales, nada más van a perder el tiempo.

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En el marco de su 25 Aniversario, Fundación Azteca de Grupo Salinas, realizará hoy y mañana el Simposio Re-pensando la Educación, que reunirá a más de 200 docentes y directivos de escuelas públicas que están implementando el modelo educativo Azteca en diversos estados del país.

El objetivo, brindarles herramientas y metodologías innovadoras de enseñanza, para identificar y potenciar el talento de sus alumnos serán los futuros líderes que transformen México.

Este modelo se aplica desde 1997 en algunas escuelas públicas con resultados francamente alentadores.

A ver si alguna autoridad de la SEP se da una vuelta por el evento, a lo mejor se le pega algo.

LEG