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Foto: AFP / Creación de una zona industrial genera graves daños en la población  

En una región al oeste de Santiago, en Chile, cancelaron las clases en escuelas públicas y privadas, y la gente salió a protestar en contra de la contaminación. El Ministerio de Salud nacional puso a dos localidades bajo alerta sanitaria como plan de reducir la crisis ambiental que azota la salud de quienes ahí viven… Y todo como una anunciada consecuencia de las concesiones que le fueron otorgadas desde hace décadas al sector industrial en la zona.

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En Quintero y Puchuncaví, localidades a unos 120 kilómetros de la capital Santiago, más de un centenar de personas -entre ellas 50 niños-, han resultado intoxicadas a causa de la contaminación que proviene de un parque industrial donde operan en total más de 15 industrias, incluidas cuatro termoeléctricas a carbón y refinerías de crudo y cobre que rodean a las dos poblaciones, declaradas “zona de sacrificio ambiental” por el gobierno chileno.

En 1958, las autoridades en turno en Chile decidieron relegar la pesca artesanal y la agricultura en el sitio para convertir la zona en un polo industrial, uno que en 2018 fue nombrado, de plano, el “Chernóbil chileno” por la organización medioambientalista internacional Greenpeace.

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“El objetivo sanitario es aminorar las secuelas generadas en la salud de las personas por la contaminación causada por la exposición a los diferentes gases”, indicó el comunicado de las autoridades, que se reunieron con miembros de ambas comunidades antes de tomar la determinación.

Durante años, habitantes y diversas organizaciones y activistas han reclamado a las autoridades que tomen acciones ante los envenenamientos e intoxicaciones que padece la población.

Sin embargo, hasta ahora, solo ocho compañías dentro del parque asumieron medidas para reducir sus emanaciones contaminantes.

 

LEG