palacios de gobierno
Foto: Especial / Los palacios de gobierno, muchas veces construidos a capricho de monarcas o dictadores, terminan por convertirse en personajes silenciosos  

Más allá de las fronteras de Europa del Este, en el corazón de una urbe atravesada por el río Moscova, se yerguen las murallas del Kremlin, un conjunto de maravillas de la arquitectura oriental que constituye el centro administrativo, religioso y político de Rusia.

El Palacio de Gobierno, la sala donde el presidente recibe a los visitantes extranjeros, alberga una larga mesa blanca en la que Vladímir Putin se ha sentado a dialogar con mandatarios y diplomáticos, escenas muy fotografiadas, sobre todo después de invadir Ucrania, acción militar que seguramente fue orquestada tras esos mismos muros.

TE PUEDE INTERESAR:   VIDEO: Periodista cubre accidente y descubre que su hijo murió en el lugar

Los palacios de gobierno, muchas veces construidos a capricho de monarcas o dictadores, terminan por convertirse en personajes silenciosos, entes arquitectónicos que contemplan, siempre de pie, las decisiones y reclamos de gobernantes y gobernados.

Juan Pablo tiene una postal. Chileno, residente de Santiago, recuerda cómo hace más de 10 años las protestas por la educación en el país llevaron a multitud de estudiantes, padres y docentes a participar en las mil 800 horas de carrera de relevos alrededor de La Moneda, el palacio presidencial del país sudamericano. Él estuvo ahí.

“Fue todo un año de manifestaciones, algunas pacíficas como esa de 2011 (…) es muy significativo correr alrededor de La Moneda como forma de hacer presión. Eran muchas personas corriendo todo el día todos los días alrededor del Palacio de Gobierno, un lugar con tanta carga simbólica en el centro de la capital”, recapitula.

Él participó junto con el equipo deportivo al que pertenecía. Se anotaban en una lista y se sumaban al conteo de horas. Tenían que ser 1800 porque eran justamente los millones de dólares necesarios para cubrir los costos anuales de la educación en el país… equivalente a más o menos un tercio de lo que en ese momento era el presupuesto para las fuerzas armadas.

En ese mismo movimiento estudiantil, un Gabriel Boric en la plenitud de los veintes se convertía en figura de una de las universidades que llevaban la batuta de la lucha por la educación.

“Sentir que apoyabas, la valentía, y ahora ver a Boric siendo presidente 10 años después te hace sentir parte de un proceso. Todo por correr alrededor de un lugar en donde hoy, quizá, se estén haciendo los cambios”.

LEG