El resultado de las elecciones puede cambiar el mapa político de México, pero no la posición de un mandatario que se digne de serlo. Las elecciones pueden favorecer a su partido o deshacerlo y el gobernante tiene que aparecer impávido ante la derrota o la victoria.

En el caso de que Aguascalientes y Durango no sean de Morena no significan una derrota para el Presidente de la República y mucho menos una pérdida para el partido en el poder. Porque no puede perderse lo que no se posee.

Así el Presidente habló claro sobre su práctica que incluye a todos los estados sin importar los partidos que los gobiernen, aunque no faltó alguno que, con la obsesión de criticar, quiera decir que Morena perdió las elecciones del pasado 5 de junio. Ahora gobierna 4 estados más, ninguno de los que estuvieron en contienda era gobernador por ese partido.

El Jefe del Ejecutivo advirtió que los estados sin distinción de partidos tienen el apoyo del Presidente por obligación, no se trata de ser selectivos ni de negar nada que no les corresponda por derecho. Anunció que la política de atención a todos continuará hasta el final de su mandato, porque representa a todos los mexicanos sin excepción.

Así anunció los compromisos que hay para la laguna, Durango y Aguascalientes que se continuarán con el mismo ritmo de las obras de su sexenio, así como caminos y carreteras que se construyen con presupuesto federal en toda la región, donde serán beneficiados los habitantes de Durango y Aguascalientes de igual manera.

Los programas continúan, las becas siguen, desmintió a quienes decían que el Gobierno federal retiraría apoyos o dejaría de enviar dinero a los programas sociales de esos estados. Una de las intervenciones en el senado fue la del panista Damián Zepeda, otrora uno de sus más serios militantes, dijo haber votado por los programas sociales de apoyo a los adultos mayores, cuando en realidad, ningún panista votó por este beneficio en ninguna de las dos cámaras.

En México la falta de equilibrio puede derivar en carencia de democracia, incluso de legitimidad, porque por muchos votos que tenga Morena, está arrolladora votación acerca al poder al autoritarismo. La democracia es equidad y en este caso se deja afuera a un buen número de mexicanos cuya inconformidad no encuentra los cauces de salida ni de expresión porque los partidos existentes no captan la inconformidad.

El Presidente de la República tiene más legitimidad con una oposición fuerte que sin oposición. Se trata de abanderar la democracia no de demostrar poderío, por eso convoca el propio Ejecutivo a votar, y felicitó a quienes, a pesar de las amenazas, del temor que se trató de infundir, la gente salió a expresar su voluntad en las urnas.

Recordó los tiempos en los que el fraude corría prácticamente en cada casilla, cuando se rellenaban urnas, se alteraban actas, se agredía a los votantes y a los funcionarios de los centros de votación. Sabe que esto sigue existiendo, pero su existencia es prácticamente nula, dijo, en comparación cuando sucedía.

La oposición debe comunicarse con la población inconforme o dejar que otros lo hagan.

PEGA Y CORRE.- Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, descartó que la negativa del presidente López Obrador de acudir a la Cumbre de las Américas, pueda afectar la relación bilateral entre México y Estados Unidos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.