Al Presidente, el ejercicio de la narrativa exhaustiva le ha rendido frutos extraordinarios, ya sea como activista político, dirigente del PRD, como jefe de Gobierno del DF, como el eterno candidato y ahora como presidente de la República.

Es incansable a la hora de repetir una historia -verdadera o falsa- una y otra vez. La Mañanera es su vehículo preferido y de una altísima rentabilidad.

El año pasado se dieron los primeros indicios de “cansancio” del recurso narrativo y los distractores ya no pasaron desapercibidos para una parte muy importante de la opinión pública que aprendió a separar la paja del heno. A la par de esto, vinieron los resultados en las elecciones y las consultas que no dieron el fruto esperado. No al menos como al Jefe Máximo le gustan.

Este año las cosas no han mejorado y se ha pasado del cansancio al agotamiento. La consulta para la reforma eléctrica dio muy pobres resultados con un efecto claramente adverso: el abstencionismo activo.

Los electores en México han aprendido la lección: tomar los beneficios de los programas sociales en curso y después votar por quién les dé la gana o sencillamente ejercer su derecho de abstención activa y mandarle un claro recado tanto al régimen y sus rémoras, como a la Alianza por México. ¡Al carajo con sus partidos!

En la elección de este domingo, don Mario Delgado salió a las 18:00 horas para anunciar que habían ganado 6 de 6. ¡Ni una menos! No ganaron siete elecciones de milagro.

El dato más relevante de cara a las próximas elecciones de 2023 y 2024 fue la participación. Esta fue particularmente baja en los estados que ganó Morena: en Hidalgo ganan con 63% de los votos y 47.5% de participación (29.9% de representación); en Oaxaca, con 60% de los votos y 38% de participación (22.8% de representación) y en Quintana Roo, 58.2% de la votación y 40% de participación (23.2% de representación). ¿Gobernar sin representación?

Este análisis no quiere decir que en aquellos estados donde ganó la oposición, Aguascalientes y Durango, la participación o la representatividad sean mejores. Tamaulipas se irá a tribunales.

Sin embargo, de cara a los enormes recursos invertidos por el régimen en estas elecciones, parecería que la narrativa del Presidente ya no es suficiente para la movilización. Se entregaron cantidades increíbles de dinero con pretexto de los programas del Bienestar, se movilizó a todo el Gobierno -con todo y corcholatas- también el legislativo morenista salió en estampida, y todo para que al final la oposición tuviera más capacidad de movilización en Aguascalientes y Durango. Aún con el impresentable de Alito.

El Partido Verde, sin hacer nada de nada, sigue medrando del poder a costa de lo que sea. Más de 20 años de prostitución política y contando. Ganar sí o sí.

Movimiento Ciudadano fue irrelevante. El caso de Tamaulipas nos muestra que las alianzas ya no tienen nada más que ofrecer. El futuro de México pasa por mucho más que una simple alianza electoral, coyuntural y sin perspectiva. Necesitamos superar esa etapa cuanto antes. Hay dos elecciones estratégicas que iniciaron hoy: Coahuila y Estado de México.

Es en estas elecciones, dónde los ciudadanos queremos ver de qué son capaces PAN/MC/PRD/PRI; o más de lo mismo -o sea nada- o atreverse a construir una alternativa atractiva para convencer a los ciudadanos que hoy prefieren abstenerse por apatía o por asco.

Morena, a pesar de Mario Delgado, tomó nota de lo sucedido y van a aplicarse en contra de una propuesta que sí puede desplazarlos: un Gobierno de coalición de amplio espectro y con visión de largo plazo.

Aún es tiempo de actuar.

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