Como bien lo advertimos en este espacio, la última semana de proselitismo en seis estados del país estuvo marcada por acusaciones y revelaciones de posibles alianzas de candidatos y gobiernos con el crimen organizado.

El excandidato presidencial del PRI, Francisco Labastida, declaró que en 2018 su partido hizo un pacto que, a través de los ataques al entonces candidato del PAN, Ricardo Anaya, ayudó a ganar la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador. Lo que no se entiende es porqué hasta ahora lo señaló.

Y fue más allá, al cuestionar las constantes visitas del primer mandatario a Badiraguato, Sinaloa, tierra de uno de los narcotraficantes más importantes del país, con quien vislumbró un posible acuerdo.

Pero no fue el único que dejó la sospecha de la presunta relación entre el crimen organizado y el Gobierno federal; el morenista Porfirio Muñoz Ledo acusó a su “amigo”, el presidente López Obrador, de tener una alianza con el narcotráfico; la cual le advirtió que no podrá heredar a su sucesor, pues éste tendrá que hacer un nuevo acuerdo.

Todo ello en la antesala del proceso electoral para renovar seis gubernaturas, que tuvo lugar ayer domingo en Tamaulipas, Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Quintana Roo.

El mensaje de fondo de una posible alianza entre cualquier Gobierno y el crimen organizado es gravísimo; si bien desde el proceso electoral de 2018 se observó y documentó la intromisión de estos grupos de poder durante las votaciones, no se habían tenido acusaciones tan directas en contra del Gobierno federal.

La organización Desarrollo, Educación y Cultura Autogestionarios informó que entre un 30 y 35% del territorio mexicano fue impactado por la presencia del crimen organizado en el proceso electoral del 6 de junio de 2021.

Y la injerencia de las bandas criminales en las campañas electorales aumentó en relación con la elección de 2018, al pasar de 28 a 42%.

Tan sólo en la elección de 2021, la Junta Local del INE en Sinaloa confirmó que grupos armados se robaron 51 casillas que habían sido instaladas en los distritos 02, 03 y 04 de los municipios de Ahome, Guamúchil y Guasave.

Pero más allá de las acciones emprendidas el día de la jornada electoral, lo verdaderamente peligroso y grave es el financiamiento a las campañas electorales; en el proceso de ayer, incluso se acusó que la elección en Tamaulipas en realidad no era entre dos candidatos, sino entre dos organizaciones criminales; lo que difícilmente se podrá confirmar.

Lo cierto es que la ciudadanía es la que tiene la última palabra al momento de elegir a sus gobernantes y así se demostró en las elecciones de este domingo. Mientras tanto, ya veremos si en 2024 se comprueban las acusaciones de Labastida y Muñoz Ledo o sólo estamos viendo un nuevo nivel de guerra sucia.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

¿Los resultados de este domingo llevarán a la oposición a replantear la Alianza rumbo a 2024?

 

  @aguilarkarina