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Foto: Especial / Las redes de comercio que comienzan en las facultades se deben principalmente a gastos generados por la misma escuela, así lo expresa Fernanda Hernández, vendedora de chilaquiles  

Las consecuencias que aún se viven de la pandemia repercuten de varias formas en la vida de las personas, en el caso de los estudiantes universitarios se han tenido que movilizar para conseguir un ingreso económico extra, a raíz de la falta de empleo y la alza de precios.

Una de las acciones que han tenido que realizar es la creación de pequeños espacios de negocio, en donde los estudiantes comercian desde comida, ropa, lentes e incluso, cigarros artesanales.

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Pero no todo pinta bien ya que el pasado 26 de abril se llevó a cabo una protesta en el plantel de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde por medio de un “tianguis” los estudiantes protestaron en contra de las medidas que interpone la autoridad del plantel para no ejercer ningún tipo de comercio en las instalaciones.

Un caso más se llevó a cabo el viernes 6 de mayo en la FES Iztacala, donde se manifestaron con Iztatianguis en respuesta a las acciones tomadas por las autoridades en contra de los estudiantes que comercian productos dentro del plantel. “Nos hicieron firmar unos papeles para comprometernos a no volver a vender […] Que si se repetía podía llegar a perder mi lugar en el posgrado”, se puede leer en una publicación de un grupo de facebook realizada por el usuario “Sara Cm” exponiendo la supuesta represión que sufrió dentro de la facultad.

LA OTRA CARA

La situación cambia cuando se habla de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en donde los alumnos no han tenido ninguna repercusión por haber iniciado una red de comercio ubicada dentro del plantel, además de que ha sido tal la aceptación por la comunidad universitaria que alumnos de otros planteles deciden ir a “polakas” como también suele llamarle al centro de estudios, para poder ofrecer sus productos.

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El caso de Óscar Vázquez es peculiar, ya que es egresado de la carrera de Psicología pero la falta de empleo lo orilló a vender jugos congelados, su acercamiento se debió a la influencia de sus amigos que lo incitaron a poner un negocio dentro del plantel.

“Me enteré que podía vender por amigos que estudian aquí, me comentaron que había un espacio para poner un puesto en su Facultad y aquí ando”, dijo a 24 HORAS.

Las redes de comercio que comienzan en las facultades se deben principalmente a gastos generados por la misma escuela, así lo expresa Fernanda Hernández, vendedora de chilaquiles en la Facultad de Ciencias Políticas. “Todo es caro, sabemos que los gastos de un universitario son altos, con las copias, la renta, los pasajes, debemos buscar la manera de generar un ingreso”.

Las y los estudiantes esperan que estas actividades continúen y no desaparezcan ya que para ellos es una fuente de ingresos para gastos que son necesarios en sus carreras universitarias.

¿Sabías que?

Por medio de un “tianguis” los estudiantes protestan en contra de las medidas que interpone la autoridad de algunos planteles de la UNAM para no ejercer ningún tipo de comercio en la instalaciones.

LEG