Están callados. Los terroristas están agazapados esperando el momento. Tal vez pudo haber sido la pandemia. Quizás la guerra en Ucrania que hace que media Europa siga desangrándose. Pero lo cierto es que el Estado Islámico, el Daesh, está sospechosamente tranquilo en Europa.

Los atentados terroristas, cuya espectacularidad parecía clásica de una película de Hollywood, han quedado, de momento, en el olvido. Todos recordamos la voladura de varios trenes en Madrid con centenares de muertos; el camión que atropelló a más de veinte personas en Las Ramblas de Barcelona. Todos recordamos como medio París se arrodilló ante el Estado Islámico en el año 2015. Colocaron unas bombas que hicieron estallar en el estadio de fútbol de Saint Denis, allí se encontraba el entonces presidente de la república francesa, Françoise Hollande. Cuando toda la policía fue al estadio, los terroristas comenzaron su carnicería asesinando a la gente por las calles.

En Londres cometieron varios atentados. Algunos de ellos fueron en los camiones londinenses. Algo parecido hicieron en Berlín, con atropellos masivos en unas navidades o en Niza con otro gran atropello en el paseo marítimo.

¿Qué busca el Daesh con estos atentados? Por una parte, recuperar lo que ellos creen que les pertenece, durante cerca de ocho siglos los “moros” dominaron la antigua Península Ibérica. Después de ochos siglos fueron los reyes católicos los que pudieron expulsarlos. El Daesh busca recuperar aquello y de allí tomar el resto de Europa. Los fundamentalistas creen que Europa ha perdido los valores -y parte de eso es verdad. Son ellos los que quieren imponer los suyos propios. Y no van a cejar hasta no conseguirlo. Por eso tantos atentados indiscriminados.

Hace más de sesenta años lo dijo el entonces presidente argelino Alí Bumedián, “reconquistaremos Europa y lo haremos a través del vientre de nuestras mujeres”. Y lo están haciendo. Hay millones de ciudadanos cuyos padres o abuelos nacieron en países del norte de áfrica. Hoy esa tercera generación ya es europea. Sin embargo, muchos de ellos no se adaptan a las costumbres europeas y quieren seguir con sus preceptos. Eso no es admisible.

No se puede bajar la guardia en Europa con la posibilidad de atentados terroristas y el espectáculo que supone para los grandes medios de comunicación. Las policías europeas siguen en situación de alerta máxima porque puede ocurrir, claro que puede ocurrir.

La guerra la terminaremos ganando nosotros, los europeos. Pero las batallas las van venciendo ellos. Y algo más, ellos conocen bien el significado de la paciencia. La alimentaron toda la vida.

 

@pelaez_alberto