Con enorme cariño para L.A.A.CH

 

Esta frase -¿a dónde vas?– tiene su origen en el terror que un tirano como Nerón, causaba por su locura en Roma. Los tiranos siempre han utilizado al miedo como su herramienta favorita de sometimiento.

Para poder controlar un régimen basado en el miedo, es necesario imponer una narrativa que le permita al tirano tener, primero, una causa incuestionable y, después, identificar a un enemigo al cual exterminar: infieles vs. fieles, conservadores vs. liberales, comunistas vs. capitalistas, etc.

AMLO ha basado su carrera política en la descalificación de sus adversarios, convirtiéndolos en sus enemigos. Ha sido penosamente exitoso y entre sus más “célebres” adjetivos están: fifís, chairos, peleles, neoliberales, mafias del poder, clases medias trepadoras. Y la cumbre de su creatividad: ¡fuchi caca!

Ante el escenario político actual, AMLO ha decidido mantener al miedo como premisa fundamental de su Gobierno y acelerar hasta donde le sea posible, la carrera por la sucesión presidencial y, bajo esta hipótesis, cerrarle el paso a cualquier posible competencia electoral en 2024.

Desde la mañanera, AMLO insulta y califica, pero sobre todo amenaza: exhibición pública de adversarios, terrorismo fiscal a empresarios, agravio consistente a medios e intelectuales. Si atemoriza, le sirve.

Hay una cantidad terrible de mentiras en la 4T, lo peor es que al menos la mitad hoy, son verdad. Difama, que algo quedará.

Después del descalabro indiscutible de la reforma eléctrica y la consulta, AMLO cree haber encontrado una nueva fórmula narrativa para su próxima campaña electoral: Traidores vs. Patriotas.

AMLO está consciente de varios retos para su nueva estrategia narrativa: 1) No puede lograr la mayoría calificada en el Congreso para la aprobación de sus iniciativas. 2) No puede hacerlo vía el Senado, no le va a dar esa oportunidad a Ricardo Monreal. 3) No puede confiar ni en Ignacio Mier ni en Mario Delgado, ambos han probado su ineptitud hasta el cansancio. 4) Lo más preocupante: Morena sí puede perder la elección en 2024.

En México, “traidor a la patria” es uno de los mayores agravios a los que puede estar expuesto un mexicano, es casi una mentada de madre. AMLO, astuto como es, lo sabe.

Por eso, la nueva narrativa de la 4T se basará en las iniciativas de reformas constitucionales que serán enviadas por el Presidente al Congreso. Los enemigostraidores a la Patria– son los diputados de la alianza que votarán en contra de las reformas y los conservadores que los apoyan. Los soldados defensores -los patriotas- son Morena y sus rémoras.  El héroe redentor, una vez más, es AMLO. ¿Suena fascista? Lo es.

AMLO por otro lado, sabe que la corcholata preferida -Claudia Sheinbaum- no va bien, sus resultados electorales son mediocres y tiene el reflector de los medios apuntándole todos los días. La única forma de salvarla es jugar al tapado. ¿Cómo? Destapando a Adán Augusto como la corcholata emergente y dándole espacio a Marcelo Ebrard, que hoy juega el lamentable rol del tonto útil. Triste y humillante fin de la carrera política de un hombre que parecía tener algo más que ambición.

En este entorno político de encono y miedo, el Presidente dice que firmará un pacto con los empresarios para frenar la inflación. Lo anuncia como “precios justos”. Falso, será el inicio de un control de precios disfrazado que nunca ha resultado a favor de los más necesitados. Todo lo contrario.

– Populus: ¿Quo Vadis Andrés? / México: ¿A dónde vas Andrés?

– Tyrannus: Nescio, ubi digitus meus dicit /AMLO: No lo sé, a dónde diga mi dedito.

 

@Pancho_Graue

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