José Ureña

Primero fue Adán Augusto López.

Luego Claudia Sheinbaum.

A continuación Marcelo Ebrard.

El secretario de Gobernación acudió a promover la consulta de ratificación de mandato -revocación, dice la Constitución- a Coahuila y Sonora.

Acudió a bordo de un avión de la GN en compañía del gerente de Morena, Mario Delgado; el subsecretario Ricardo Mejía y otros funcionarios federales.

¿Delito flagrante?

El TEPJF de Reyes Rodríguez Mondragón anuló el costoso ejercicio de egolatría pero no ha anunciado ninguna sentencia para ninguno de ellos.

Claudia Sheinbaum ha organizado varios eventos en la capital del país e ido a varios lugares -el caso de Mara Lezama en Quintana Roo es sólo un ejemplo- a apoyar a sus correligionarios en campaña.

Y Marcelo Ebrard estuvo el fin de semana en Hidalgo con Julio Menchaca a respaldar al candidato oficial y recibir respaldo a sus pretensiones con el grito de ¡presidente, presidente!

TRES AÑOS DE PROSELITISMO

Son sólo tres botones.

Pero los otros datos son diferentes:

Desde Palacio Nacional se ha dado la -ojo, no consejo- instrucción de ir a donde habrá votaciones el mes próximo para destacar el respaldo federal a sus respectivos abanderados.

El ejercicio incluye a todos los miembros del gabinete, pero en especial a las corcholatas en busca de vida para congraciarse con el jefe.

Oficialmente hay tres -Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard-, pero no excluye a otros señalados desde Palacio Nacional o con interés propio.

De todos, solamente Ricardo Monreal, jefe del control político del Senado de la República y diríase de todo el Poder Ejecutivo, tiene autonomía más allá del índice presidencial.

No puede ignorársele entre tanta corcholata, aunque el domingo pasaron a pitchers dignos de ganar el premio Cy Young como si de verdad fueran de Grandes Ligas:

“…ya saben ustedes, los que juegan beisbol: tenemos como cinco pitchers abridores… Y como diez cerradores mujeres y hombres y todos tiran más de 100 millas…”.

Siempre tendrán pretexto para promover a Morena y a promoverse: hasta marzo fue la ratificación de mandato, ahora son las elecciones en seis estados, en 2023 las del estado de México y Coahuila y en 2024 la presidencial.

Un Gobierno no en gobierno, sino un gobierno en campaña permanente.

EL PLAN DE VA POR MÉXICO

1.- La cruzada de Va por México tiene distintas fases.

Por ahora es mantenerse unidos en contra de dos reformas caras al régimen: la pretensión de eliminar al INE y al TEPJF para eternizar al lopezobradorismo y evitar la cabal militarización de la GN.

En el primer caso no se trata solamente de no aprobar la retrógrada reforma electoral, sino evitar la salida de los actuales consejeros y sustituciones con incondicionales de Palacio.

Y 2.- En Tamaulipas a la lucha electoral se ha sumado otra.

Del lado oficialista, desligar al candidato Américo Villarreal de la supuesta relación con Sergio Carmona Angulo, empresario de oscuro historial.

No puede haber trato con quien murió hace tiempo y tuvo contratos con el Gobierno del estado, sostienen.

Y por lo que se sabe, los estrategas de Villarreal pasarán a la ofensiva.

A ver cómo y en qué condiciones.

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