@guerrerochipres

 

Cuando se trata de atribuir responsabilidad de eventos catastróficos y de seguridad, el sesgo de nuestra identidad política, por quién votamos y por quién no, se confirma.

En consecuencia, tenderemos a ignorar o afirmar versiones necesariamente encontradas. ¿A quién corresponde cada segmento de responsabilidad? Incluso podríamos tener la tentación de clausurar el despliegue de nuestro sentido común.

A propósito de otros sesgos.

En Nuevo León, por ejemplo, donde se incrementó 21 veces el feminicidio, el gobernador, Samuel García, se presenta como quien carece de responsabilidad alguna aun cuando está tiktokeando durante el momento más álgido de la crisis. En Jalisco, la entidad con más desaparecidos según las voces de la sociedad civil, se habla de presuntos progresos en seguridad aun cuando se declara estado de sitio en Mazamitla, atractivo turístico internacional.

Si hemos de definir a un Gobierno por la calidad de sus resultados y de su atención, debemos incluir en nuestra apuesta valorativa precisamente qué es lo realizado y qué lo ausente.

Se cumple un año de la tragedia del 3 de mayo en la Línea 12 del Metro. Ninguna vida puede ser devuelta al seno de sus familias, pero existe la reparación del daño.

La conferencia de prensa de este lunes, con las autoridades del Metro, de la Secretaría de Obras y de la propia titular del Gobierno de la capital nacional, Claudia Sheinbaum, muestra una determinación por informar y responder en un escenario altamente politizado, impregnado de los apetitos de los abogados y la legítima reivindicación de víctimas y sus familiares respecto de lo que debe ser el cierre de ese ciclo.

Si reclamamos una clara asignación de roles institucionales, ¿corresponde a la Jefatura de Gobierno o la Fiscalía General de Justicia y al Tribunal Superior de Justicia vigilar el proceso de procuración de justicia? Si quiero que se haga justicia, ¿debo oponerme a la justicia restaurativa que está formalizada en la norma?

Salvo evidencia en contrario, hasta este momento las víctimas han tenido lo que la justicia permite y lo que las víctimas en su gran mayoría han aceptado: reparación del daño, proveniente del Gobierno y de la iniciativa privada y también la probabilidad implícita en la oferta litigiosa de obtener más en una estrategia de algunos abogados apegados tanto a las oportunidades que les da el derecho como su propio apetito profesional.

Sheinbaum precisó que por cada una de las 108 familias existe un servidor público que ha dado seguimiento a cada caso. Destacó la asertividad de las empresas en contribuir tanto a la indemnización de las víctimas como a la colaboración para reconstituir la Línea 12. Reconoció que “nunca habría reparación” suficiente ante una vida perdida, y por eso probablemente puede ver a las víctimas a los ojos, como lo hizo en buena parte de este año y el domingo en particular. Ya un año de responsabilidad, retórica de algunos, hechos y de expectativas.