Las utilidades en mi sector sí valen, este año vamos a recibir los trabajadores entre 70 y 120 mil pesos de utilidad y ustedes nos los van a bajar a tres meses. Un despojo que van a hacer a muchos trabajadores”.

Ese fue mi reclamo al resto de los diputados que avalarían, sin pensar, todos los puntos de la reforma laboral.

Era una reunión de Comisiones Unidas de Trabajo y Previsión Social y de Hacienda y Crédito Público y fue prácticamente hace un año, el 13 de abril para ser exacto. Recuerdo que les dije: “Nunca se consulta a los trabajadores, nunca se analiza si los trabajadores están o no de acuerdo. Para entender, hay que ser trabajador”, y finalmente, ni los propios ni los ajenos me escucharon, hicieron su voluntad, valiéndoles la afectación al sector minero.

De los cambios a la PTU se habló muchas veces, diputados, senadores y líderes sindicales lo sabían. Y aquellos que por obligación, compromiso y ética debieron defender este derecho de los trabajadores mineros por el hecho de representarlos, no lo hicieron, no dijeron nada, callados se quedaron y cuando se trató de levantar la mano, lo hicieron sin problema alguno, tal fue el caso de Napoleón Gómez Urrutia y otros tantos.

Lo que sucedió fue un abuso y un atropello de derechos. Les expliqué a los legisladores de Morena y del Partido del Trabajo, quienes fueron los que principalmente impulsaron la reforma, que una Ley Federal no podía estar por encima de la Constitución, ya que está en su Artículo 123 fracción novena, autorizó a una comisión tripartita formada por Gobierno, empresas y trabajadores para que acordaran el porcentaje de la PTU y esa comisión facultó que fuera el equivalente al 10% de las ganancias de la empresa, pero ni eso les importó.

Se violó la Constitución y se vulneraron los derechos de los trabajadores, sin duda, el Gobierno, los legisladores y los líderes agachones y omisos le deben una explicación a los mineros.

Hoy el golpe llegó, los mineros que esperaban, como cada año, recibir el fruto de su productividad, se dieron cuenta que este en algunos casos se redujo en 80%. Con el reparto de utilidades, los compañeros pagaban deudas, pintaban su casa, reparaban su auto, cubrían un sin fin de necesidades que no siempre alcanzan a pagarse con el salario mensual.

De los legisladores de Morena lo entiendo, porque han demostrado, en más de una ocasión, que no priorizan el bienestar del pueblo, sino que son fieles escuderos de las peticiones del Presidente, de Napillo, de ese que ni minero es y evidentemente ni se preocupa por los trabajadores, raro hubiera sido que hubiera defendido a los compañeros de los cuales se sirve. Pero, ¿qué sucede con los demás representantes obreros?, ¿cómo explicarán a sus agremiados que no los defendieron, que se quedaron callados y que por eso, hoy perdieron parte importante de sus ingresos?

Estamos seguros de que ni ellos, ni Napillo, moverán un dedo para resarcir el daño. Él, desde el Senado y sirviendo a Morena, pudo hacer algo para evitar el impacto a los mineros, pero no, no le importa, él es feliz viviendo de las cuotas sindicales, su riqueza y excentricidades nada tienen que ver con la vida de los mineros.

Compañeros, sepan que seguiré oponiéndome a esa arbitraria e insensible reforma. Como buen minero, sé que este gremio es tan fuerte como el acero, que no se dobla ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera. Estoy listo junto con los mineros del FRENTE para emprender una lucha legal y recuperar no solo los recursos, sino un derecho y junto con ello el bienestar y futuro de las familias mineras.

 

  @CarlosPavonC