Las estrategias políticas de una campaña electoral y de un Gobierno en funciones son muy distintas. En campaña es común buscar el apoyo del electorado mediante la visibilización de las diferencias entre los proyectos por elegir —que en su versión menos virtuosa se manifiesta como la creación de un enemigo común por causas ideológicas—, mientras que en una administración las decisiones y acciones de Gobierno se deben implementar en beneficio de la sociedad en general, sin distinciones.

Si bien en países como México, en donde hay una pluralidad de partidos, también es común la construcción de coaliciones y alianzas, en naciones como Estados Unidos, con sólo dos fuerzas políticas que se enfrentan, son de esperarse más escenarios de polarización y posiciones maniqueas.

Esta constante en los ciclos de renovación del poder político en las democracias nos ayuda a entender las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump durante un acto de campaña en el que se refirió al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en términos que algunas personas interpretaron como poco respetuosos.

La narración pública del exmandatario estadounidense de presuntas amenazas hechas al Gobierno de México para imponer aranceles a la importación de productos nacionales, en caso de no disponer de elementos del Ejército de nuestro país en la frontera norte, contrasta con expresiones amables formuladas durante su mandato, cuando afirmó que el presidente López Obrador era una “persona estupenda”, “un buen hombre” e incluso su amigo.

La estrategia mediática de impulsar un mensaje de rechazo a las personas extranjeras que en 2016 le sirvió al entonces candidato Trump fue repudiada en 2021 tras su periodo de gestión, optando la ciudadanía estadounidense por una política basada en un discurso diametralmente diferente en cuanto a la cuestión migratoria; sin embargo, el expresidente parece insistir en aquel tipo de descalificaciones que pretenden demeritar la patriota gestión del presidente AMLO, que ha defendido la soberanía nacional y la autodeterminación de México como no ocurría desde hace varias décadas.

En este contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense Joe Biden sostendrán una reunión virtual el próximo viernes, en la que abordarán distintos temas de la agenda binacional, como migración, control de armas e inversión para el desarrollo regional, antes de la Cumbre de las Américas, que se celebrará del 8 al 10 de junio próximos en Los Ángeles, California.

Ambos mandatarios saben que su mejor estrategia es la vía del diálogo y la construcción de acuerdos, por lo que se espera que ese encuentro se desarrolle en términos respetuosos, como siempre ha sido la relación AMLO-Biden, entre iguales. No obstante, las declaraciones proselitistas del expresidente Trump fueron retomadas por quienes se resisten a la transformación en México, para seguir alimentando su infructífera campaña sucia contra la imagen del jefe del Estado mexicano.

Parafraseando un refrán, hay tiempos para ser martillo y otros para ser clavo. Mientras la oposición se enfoca en un constante golpeteo, el Gobierno de la 4T debe ser firme y mantenerse recto, pese a las malas intenciones de quienes lo quisieran ver derrotado.

 

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA