Te puede tocar, como a Gustavo Madero, que un contingente encabezado por Citlalli Hernández te taclee y luego se te vayan todos los del contingente encima cuando estás en el piso, en plan The Walking Dead. Si estás en las primeras filas, no es descartable que te caiga una lluvia de gotículas porque el compañero Fernández Noroña, sabemos, odia usar cubrebocas tanto como le gusta hablar desde la tribuna y ese día –a cualquiera le pasa– la aspersión estaba en su punto más alto. Puede que te deseen morir crucificado, como le deseó la legisladora Marta García, del PT, a la bancada opositor, o, barato, que te llamen nefasto y misógino, como le recetó a Ildefonso Guajardo, con esa furia que no sabes adónde puede llegar.

Puede que te toque la comparecencia de Pepe Merino para explicar lo de la Ivermectina, y que la comparecencia sea de dos horas, con largas y no propiamente simpáticas explicaciones sobre lo que es un experimento, y además en pleno mal del puerco, porque comiste con trago en el restaurante de San Lázaro. Es altamente probable que el de la oficina de al lado sea de la bancada oficialista y tengas que oír música de Silvio Rodríguez todos los días. Por supuesto, puede tocarte la mala con los contingentes que lleva la propia Citlalli Hernández a la Cámara para bloquear entradas e intimidar a la disidencia.

O, claro, puede ser que estés en la calle y te toque una agresión verbal y, en una de esas, hasta física porque Mario Delgado, que fracasó sonoramente en las elecciones intermedias como dirigente de Morena; que recibe abucheos y hasta huevazos en cada mitin que se le ocurre presidir; que tiene que esconderse en un SaniRent porque sus compañeros de movimiento no lo pueden ver ni en pintura; que se quemó para siempre por apoyar a Macedonio, acusado varias veces de violaciones, y que se pone a acarrear gente a las urnas, como ruletero, ya en la desesperada, para llamar la atención y parecer bien desmadroso, optó por la estrategia no necesariamente fascista, sino más bien muy de cierta izquierda, de exponerte con foto y nombre a los más radicales del movimiento. Sin mencionar que, en el país que acaba de romper un récord de asesinatos, hay pruebas de que el crimen organizado usó la violencia en varios lugares para condicionar las elecciones en favor de la 4T.

Así que, sin más, mandemos al carajo lo de la austeridad, dejemos de repetir que nada más, y por una vez, los diputados están haciendo su chamba, y pidamos un jugoso bono de fin de año para ellos.

 

@juliopatan09