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Foto: Cuartoscuro / archivo / La inseguridad en el norte de Guerrero se atribuye a los hijos de El Rany, presunto líder de La Familia Michoacana  

Los acuerdos alcanzados con el grupo del crimen organizado que controlaba Chilpancingo, Guerrero, permitieron, desde hace tres años, pacificar la región, pero el ingreso de una nueva célula delictiva disparó la violencia, asesinatos y ejecuciones en los últimos meses, y ahora cobran derecho de piso por la entrada de la carne, el pan y la cerveza, afirmó el obispo Salvador Rangel Mendoza.

A 11 días de que deje la diócesis de Chilpancingo-Chilapa en manos de monseñor José de Jesús González, Rangel Mendoza propuso un pacto para acabar con la violencia en la región norte de la entidad.

“Si recuerdan, Chilpancingo se tranquilizó como tres años y medio, pero ahora entró otro grupo, el que está actualmente y no he podido dialogar(…) y ya ven lo que está pasando, están cobrando la entrada de la carne, del pan, de la cerveza”, puntualizó.

Tras indicar que actualmente la diócesis está casi en paz, el sacerdote reveló que la violencia en la región norte es atribuida a los hijos del presunto líder de La Familia Michoacana en Taxco, Ranulfo N, El Rany, detenido en noviembre de 2020, y actualmente preso en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.

EN BUSCA DE UN “ARREGLO”

Para acabar con esa violencia, agregó, “el arreglo” que le hizo llegar en su momento al exgobernador Héctor Astudillo y también al Gobierno actual de Evelyn Salgado Pineda, consiste en trasladar a El Rany a otra cárcel.

“¿De qué se trata el arreglo? De que el papá, el famoso El Rany, papá de los que siembran la inseguridad en el norte del estado, me dice: ‘cámbienme de lugar y yo calmo a mis hijos, nos calmamos nosotros”’, detalló Rangel Mendoza.

Precisó que hace 20 días vio a la familia de Ranulfo N, a quienes les pidió calma; sin embargo, su respuesta fue que si no lo trasladan seguirá la violencia.

“Por eso digo que el problema del norte del estado tiene solución, solo que las autoridades nos hagan caso. Yo, por otro lado, a nivel federal, le estoy haciendo la lucha a ver si logramos algo”, sostuvo.

LOS ACERCAMIENTOS

Sobre cómo son las pláticas que sostiene con los narcotraficantes del estado, el obispo indicó que “se va creando un clima de confianza con esas personas” e incluso “cuando algunas instituciones necesitan dialogar con ellos, yo intervengo. ¿Cómo? A veces he juntado, por ejemplo, a autoridades con estos grupos para dialogar”.

Sobre el señalamiento del coordinador del colectivo Siempre Vivos de Chilapa, José Díaz Navarro, en el sentido de que es vocero del grupo delictivo Los Ardillos, el obispo rechazó la acusación y dijo que los hermanos del activista fueron asesinados por apoyar a otra organización delictiva en Alcozacán y Rincón de Chautla.

CITA:
Yo dialogo con aquellos narcotraficantes del norte del estado y muy cerca estoy de ellos, y me ofrecen un plan de paz, pero aquí estos señores (gobernadores) no lo han querido aceptar”
Salvador Rangel Mendoza
Obispo de Chilpancingo-Chilapa

LEG