UCRANIA
Foto: AFP / Aparentemente satisfechos por los acuerdos, los líderes de Reino Unido, Francia y Estados Unidos sonríen; mientras un guardia permanece alerta en Kiev; Occidente se dio cita en Bruselas  

Más de 30 países en tres cumbres multilaterales, y el voto de 140 naciones reunidas bajo el manto de la Asamblea General de la ONU brindaron a Ucrania nuevos bríos para seguir en su resistencia ante la invasión rusa.

Por segunda ocasión en menos de un mes, el pleno de Naciones Unidas emitió una resolución que condena los ataques militares por parte de la nación de Vladímir Putin y exige el cese inmediato de hostilidades, así como la protección de civiles, personal humanitario, periodistas y especialmente de los grupos más vulnerables, como mujeres y niños.

El texto, impulsado por México y Francia, condena las violaciones de las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos por parte de Rusia y exhorta a las partes a respetar el derecho internacional, haciendo mención específica de las Convenciones de Ginebra de 1949.

Mientras tanto, los 30 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una agrupación de índole militar, acordaron reforzar el apoyo a Volodímir Zelenski con material sanitario, de protección, detección, y de entrenamiento, ante la amenaza constante de Rusia de utilizar armas nucleares, biológicas o químicas.

Posteriormente, en voz del presidente estadounidense, Joe Biden, los países occidentales anunciaron medidas para encarar el riesgo de una eventual escasez alimentaria mundial, pues Ucrania y Rusia son dos de los más grandes exportadores de trigo.

Tras la reunión de los siete gigantes económicos del mundo (G7, compuesto por Canadá, EU, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón), Biden anunció que destinaría 11 mil millones de dólares en los próximos cinco años para responder ante esta amenaza.

Francia, por su parte, propuso un plan de emergencia para la seguridad alimentaria a nivel de los 27 países que conforman la Unión Europea, que también celebró un reunión ayer en Bruselas, tras la del G7. El presidente Emmanuel Macron instó a Moscú a permitir el sembrado en Ucrania, sin el cual se producirá, en 12 o 18 meses, una “hambruna inevitable”, con una posible escasez de cereales en Egipto y en el norte de África.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

Armas químicas, amenaza latente

El miedo de que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordene el uso de armas químicas, biológicas o nucleares en Ucrania está más presente cada día, y el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, ve en ellas una amenaza real, como lo recalcó ayer en varios foros multilaterales con países de occidente.

Rusia utiliza sin restricciones su arsenal y, en consecuencia, para salvar a su gente y ciudades, Ucrania necesita ayuda militar “sin restricciones”, le dijo Zelenski al G7, y agregó que “es un riesgo real” que el presidente ruso, contrariado por el pobre desempeño de sus tropas, decida usar armas químicas.

Estados Unidos y la OTAN prometieron una respuesta contundente en caso de que Rusia decida utilizar este tipo de armamento, que es altamente destructivo.

De forma adicional, el grupo de los siete se declaró este jueves listo para adoptar “sanciones adicionales” contra Rusia por la invasión a Ucrania.

Afirmaron que no escatimarán en esfuerzos para que el presidente ruso, así como los “arquitectos y personas que lo apoyan” sean responsabilizados, e invitarán a otros países a aplicar castigos similares.

CON INFORMACIÓN DE AFP

Buscan evitar crisis alimentaria y ofrecen más gas

África es muy dependiente de los cereales producidos en Ucrania, por ello Emmanuel Macron, presidente de Francia, y actualmente al frente de la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE), propuso una iniciativa para la seguridad alimentaria con un plan de urgencia de liberación de las reservas en casos de crisis.

En tanto, Estados Unidos y Canadá propusieron aumentar su capacidad de exportación de gas y petróleo a Europa, con la finalidad de disminuir su dependencia hacia Rusia, aunque sería en un largo plazo, aclaró el primer ministro alemán.
LEG