José Ureña

Dicen los reporteros:

-Nos llevaron desde un día antes, el domingo… Nos hospedaron en un hotel en Pachuca porque está más cerca, pero al día siguiente nos perdimos y no vimos nada.

Narran los gobernadores:

-Nos invitaron. Llegamos temprano, nos pasaron a un salón, no vimos nada de la terminal y al final nos llevaron a una velaría y de ahí a la comida.

-¿Y qué comieron?

-Nada especial. Todo frugal, como hacen las cosas las Fuerzas Armadas y más cuando la instrucción es ahorrar hasta en seguridad…

Confirman esos reporteros y esos gobernadores, más otros invitados especiales:

-Nos citaron muy temprano. Nos trajeron en helicópteros o en avión, única manera de llegar acá porque no hay vías de comunicación.

-Cierto -interrumpo a un banquero- hasta Lord Molécula se perdió, y eso que iba para encabezar los elogios en la conferencia de prensa.

-Él y muchos más: no hay vías rápidas, no hay señalización, el AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles) no aparece ni en waze ni en google maps… Un desastre…

NADIE RECORRIÓ LA ZONA

Dicen los reporteros:

-Nos cobraron 660 pesos para usar el autobús, pero se perdió. Entró por caminos de tierra y tardamos en llegar a las instalaciones del nuevo aeropuerto.

Algo más:

-Llegamos a las seis de la mañana. No dormimos aunque nos cobraron hospedaje en Pachuca. Vimos llegar a los funcionarios que entraron a la reunión de seguridad pública y nos preguntamos:

-¿A qué nos trajeron tan temprano, si el acto es poco antes del mediodía?

Cuestionamiento inútil porque no los dejaron pasar a parte de las instalaciones -nada de ver todo, nada de dar fe del modernismo según la 4T- y menos para confirmar si es funcional.

-Moríamos de hambre.

De repente pudieron acceder a donde una señora vendía comida -todos le llaman tlayudas- y “qué quieres que hiciéramos, pues pagamos 35 pesos por cada una”.

Puestos callejeros, dicho sea al canto, de mujeres previamente contratadas para luego jugar a las distracciones presidenciales de diario.

¿Y qué pasó con los gobernadores?

Lo dicho: tampoco conocieron el aeropuerto, fueron para enmarcar la parafernalia gubernamental junto con medio millar de acarreados y varios se fueron antes de la comida.

Acudieron 28 de 31, más la elogiosa jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

AEROPUERTO DE HIDALGO

Omar Fayad tiene razón por estar feliz.

Tal vez por encima de Alfredo del Mazo, aunque el AIFA esté en su territorio y pudiera agregarse a la infraestructura del altiplano.

¿Por qué Omar Fayad?

Porque nadie de la Ciudad de México puede estar en tiempo razonable en un AIFA sin infraestructura, sin servicios, sin estacionamientos -grandes pero disfuncionales-, para volar a tiempo.

Pero Hidalgo tiene muchas ventajas.

Pachuca está relativamente cerca y quien quiera estar a tiempo en la nueva terminal puede irse la víspera, hospedarse, cenar rico y salir con margen para estar puntual.

Por eso se llevaron el domingo a los reporteros de la fuente presidencial y salieron al día siguiente, aunque se perdieron y luego los encerraron donde no veían nada.

Una segunda opción serían los poblados de Teotihuacán o Tulancingo, lugares donde hay alternativas hospitalarias suficientes.

Por eso parece más un aeropuerto de Hidalgo y no del Estado de México.

Y eso de internacional está por verse.

LEG

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